«La crisis ha hecho que reconozcamos el valor real de las cosas»

 

 

¿Cómo es el consumidor valenciano?

Los valencianos son más exigentes, antes reclamaban uno de cada 100, y ahora 30 de cada 100, pero debemos seguir concienciando al consumidor de que reclamar significa subir los estándares de calidad. El que se queda en casa lamentándose no mejora la sociedad, el que denuncia situaciones o pone en conocimiento nuestro irregularidades es el que está mejorando la calidad de los servicios de su región.

 

¿La crisis ha cambiado la mentalidad de los valencianos?

La crisis ha traído una cosa muy buena y es que ahora somos consumidores más racionales que pensamos tres veces antes de comprar porque empezamos a reconocer el valor real de las cosas. En los últimos años hemos notado que el consumidor se ha vuelto más exigente y se conforma menos con las servicios y productos. Pero también es fundamental la formación desde pequeños en estos temas, desde Avacu formamos más de 3.000 niños anualmente a través de talleres y cursos para que sean consumidores responsables.

 

¿Cómo se enteran de las irregularidades?

Los usuarios vienen a nuestra oficina o se comunican con nosotros por Internet, un medio desde el que atendimos en 2012 el 25% de las consultas. Además Avacu ha convencido a la propia población que necesitamos cinco millones de inspectores en la Comunitat Valenciana, que es cada consumidor y cuenta con sus propios ‘chivatos’ o consumidores. Si un valenciano se entera de que en su empresa no se están cumpliendo la normativa y no lo denuncia luego no está bien que se queje de que un trabajador de banca engañe con un producto financiero. De esta forma hemos conocido irregularidades porque nos han llamado de forma anónima muchos trabajadores de empresas valencianas en las que no se estaban haciendo bien las cosas.

 

¿Con qué problemas se encuentran día a día para defender los intereses de los usuarios de los valencianos?

El principal problema es que sabemos que en la calle hay muchas personas que se quejan de servicios como el transporte público o la sanidad pero luego no acuden a ninguna oficina del consumidor para denunciarlo por lo que nos quedamos sin herramientas para luchar para que se mejore estos servicios. Por ejemplo, en prensa vemos cómo los valencianos se quejan de las listas de espera para operarse en los hospitales públicos o de los problemas que están causando los recortes pero luego estos mismos consumidores se olvidan de reclamar en un despacho. Tenemos que animar a los ciudadanos a que no se quejen en casa, porque desde ahí nosotros no podemos hacer nada.

 

¿Qué temas centran las reclamaciones de los consumidores durante el trimestre estival?

A finales de mes publicaremos los resultados pero te puedo adelantar que por primera vez han descendido las quejas por temas de viajes y eso significa que los valencianos se han quedado este verano en casa por falta de dinero. El sector financiero sigue centrando la mayor parte de las reclamaciones desde el 2012, sobre todo participaciones de preferentes, cláusulas suelo y deuda subordinada. El año pasado de un total de 15.000 consultas más de 3.000 fueron por quejas por la banca.

En segundo lugar se sitúa el sector de las telecomunicaciones, que engloba telefonía, tanto fija como móvil, internet y televisión. Al respecto, Avacu se ha encontrado con problemas relativos a telefonía móvil, principalmente portabilidad o para darse de baja, las llamadas con ofertas y publicidad para cambiar de compañías mensajes premium y las altas en servicios no solicitados y sin saberlo.

 

Hace unos días conocíamos que el gobierno griego permitía a los supermercados vender productos con caducidad preferente pasada la fecha, ¿es posible que este nuevo concepto llegue a España?

No creo, habría que hacer un cambio en la normativa española. Aquí no se puede vender ningún producto que haya pasado el consumo preferente, si un científico, que es el experto en el tema, dice que el usuario no corre ningún riesgo para la salud entonces habría que proponer alargar más la fecha del producto de esa manera habría menos despilfarro de comida.

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