Sobrecostes y chapuzas

SACYR y Panamá han descubierto a los españoles que el asunto de los sobreostes y las chapuzas están mal vistos fuera de casa. Aquí es harto consentido que las empresas se presenten a los concursos con ofertas a la bajá y luego reclamen un sobre coste que casi dobla el presupuesto. El mejor ejemplo: La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

Claro. Uno intenta hacer lo mismo en cualquier otro sitio y pasa lo qué pasa, que de entrada no se lo permiten y de salida le piden que justifique hasta el último dólar. Lo cual no quiere decir que Sacyr haya hecho esto en Panamá, pero sirva como referente de lo que puede pasar.

Otra modalidad muy española es la chapuza. En cualquier Comunidad de Vecinos estamos hartos de que nos instalen el nuevo ascensor y luego resulta que no cabe en los railes. Y vuelta a modificar el presupuesto y vuelta a pedir una nueva derrama.

Claro. Eso se lo haces a un americano o un alemán y te juegas el pellejo en el juzgado o en la calle. Aquí se ajusta el precio y adelante que por eso Pepe Goters es español.

Lo cuàl mo quiere decir que rodó lo que exportadors por ahi tenga estos principios morales. Al contrario. Las grandes mentes pensantes que diseñan el Canal de Panamá o el tren de Arabia Saudita probablemente serán ingeniarías americanas o chinas, pero quienes desarrollan los grandes proyectos son ahora mismo empresas españolas con ingenieros, arquitectos y economistas españoles. Somos muy buenos en algunas cosas.

El tema es que nos hemos acostumbrado a la chapuza y al sobre coste. La carretera más normal de cualquier provincia española, gobierne quién gobierne, tiene dos centímetros menos de anchura y un milímetro menos de grosor de los que constan en concurso. Pero si sí quieres poner lo que pides ya puedes pagar un sobre coste. ¿Le ha pasado eso a Sacyr en Panamá?

Al final resulta que este es uno de esos temas estructurales que hay que cambiar para que este país funcionar como un país moderno. Y por ahora no he visto ese compromiso en ningún programa politico.

Sobrecostes y chapuzas

SACYR y Panamá han descubierto a los españoles que el asunto de los sobreostes y las chapuzas están mal vistos fuera de casa. Aquí es harto consentido que las empresas se presenten a los concursos con ofertas a la bajá y luego reclamen un sobre coste que casi dobla el presupuesto. El mejor ejemplo: La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

Claro. Uno intenta hacer lo mismo en cualquier otro sitio y pasa lo qué pasa, que de entrada no se lo permiten y de salida le piden que justifique hasta el último dólar. Lo cual no quiere decir que Sacyr haya hecho esto en Panamá, pero sirva como referente de lo que puede pasar.

Otra modalidad muy española es la chapuza. En cualquier Comunidad de Vecinos estamos hartos de que nos instalen el nuevo ascensor y luego resulta que no cabe en los railes. Y vuelta a modificar el presupuesto y vuelta a pedir una nueva derrama.

Claro. Eso se lo haces a un americano o un alemán y te juegas el pellejo en el juzgado o en la calle. Aquí se ajusta el precio y adelante que por eso Pepe Goters es español.

Lo cuàl mo quiere decir que rodó lo que exportadors por ahi tenga estos principios morales. Al contrario. Las grandes mentes pensantes que diseñan el Canal de Panamá o el tren de Arabia Saudita probablemente serán ingeniarías americanas o chinas, pero quienes desarrollan los grandes proyectos son ahora mismo empresas españolas con ingenieros, arquitectos y economistas españoles. Somos muy buenos en algunas cosas.

El tema es que nos hemos acostumbrado a la chapuza y al sobre coste. La carretera más normal de cualquier provincia española, gobierne quién gobierne, tiene dos centímetros menos de anchura y un milímetro menos de grosor de los que constan en concurso. Pero si sí quieres poner lo que pides ya puedes pagar un sobre coste. ¿Le ha pasado eso a Sacyr en Panamá?

Al final resulta que este es uno de esos temas estructurales que hay que cambiar para que este país funcionar como un país moderno. Y por ahora no he visto ese compromiso en ningún programa Politico.

Ir arriba