«La conducción eficiente… puede no ser tan eficiente

Según la DGT, a lo largo de este verano se van a producir 80 millones de desplazamientos. En ellos se van a recorrer millones y millones de kilómetros con las consiguientes emisones de CO2 a la atmósfera y consumo de combustible. Existe una gran diferencia, sin embargo, en el sumatorio de estos datos con la aplicación de un tipo de conducción que favorezca la denominada conducción eficiente. El ahorro  puede llegar hasta un 15% -según ANFAC- en cuanto a consumos, lo que ya se nota, también, en nuestros maltrechos bolsillos. Vamos a desgranar, primero, las medidas, y despues daremos algunas puntualizaciones -o contramedidas- que nos parecen importantes, porque  luego resulta que algunos ahorros no lo son tanto y otros nos pueden salir por un «ojo de la cara».

En general son medidas bastante conocidas, pero que hay que aplicar con cabeza y no en todo tipo de vehículos, ni de situaciones. Intentar llevarlas a rajatabla es una tontería que puede ocasionar serios problemas y afectar a nuestra seguridad y a la de los otros conductores. Desde mi punto de vista son adecuadas para vehículos modernos, con buenas tecnologías y -esto es muy importante- bien mantenidos y en perfecto estado. En caso contrario, el desastre está servido.  

1. Arranque y puesta en marcha

Arrancar sin pisar el acelerador. En los motores de gasolina, iniciar la marcha después del arranque. En los motores diesel, esperar unos segundos antes de iniciar la marcha.

Es una norma muy relacionada con los vehiculos modernos y aplicable a vehículos en perfecto estado. En los 10 ó 12 años la cuestión es si arrancarán y si el coche no está en condicones, lo de no pisar el acelerador suena a broma, dependerá del coche, del motor, de si «se pone borde» en frio o en caliente. Pero, vamos, que en general no hay que estar «calentando el motor un» cuarto de hora. Ahora, rodar «en frio» tiene también sus normas y si no las cumples el deterioro que se producirá en tu motor te costará mil veces más que el ahorro de combustible.     

2. Primera marcha

Usarla solo para iniciar la marcha. Cambiar a 2ª a los 2 segundos o 6 metros aproximadamente.

Efectivamente, aproximadamente, vamos. No es necesario contar los segundos, ni los metros: despues del tirón inicial, pues cambias a segunda.  De hecho en los programas «confort o E de los cambios automáticos, en muchos casos se inicia la marcha directamente en segunda. De todas maneras, en las rotaondas no juegues a eso de los dos segundos o los 6 metros: sihay que acelerar, acelera.

3. Aceleración y cambios de marchas

-Según las revoluciones. En los motores de gasolina entre 2.000 y 2.500 rpm. En los motores diesel entre las 1.500 y 2.000 rpm.

-Según velocidad:  Insertar la tercera marcha a partir de unos 30 Km/h. La cuarta marcha, a partir de unos 40 Km/h; la quinta, por encima de unos 50 km/h. Acelere tras la relización del cambio.

Esto depende mucho de los motores y del ritmo del tráfico. En algunos «gasolina», a 2.000 vueltas casi ni van -respirar bien lo hacen a veces por encima de las 4.000 vueltas- y cuanto más alta sea la velocidad engranada -y mas largos los desarrollos «para ahorra combustible»- peor. Lo de los 40 y 50 en 4ª y 5ª…en fin…depende del coche; dejémoslo ahi. Y lode acelerar tras el cambio, pues sí, pero suave porque si en quinta, a 50, en un gasolina, pisas el acelerador más de medio recorrido…como no lleves un buen «aparato» va a ser que no: se te va a quedar como «congelado». Si estás adelantando, baja marchas y pisa.   

4. Utilización de las marchas

Circular lo más posible en las marchas más largas y a bajas revoluciones. En la ciudad, siempre que sea posible, utilizar la 4ª y 5ª marcha, respetando siempre los límites de velocidad. 

Pues como antes…, haz lo que puedas en función de tu coche y del trafíco, pero sin obsesionarse, porque el marchas largas el coche ni retiene ni acelera y sus reacciones son torpes.  

5. Velocidad de circulación

Mantenerla lo más uniforme posible; buscar fluidez en la circulación, evitando los frenazos, aceleraciones y cambios de marcha innecesarios.

Casi totalmente de acuerdo; es también una cuestión de «mirar lejos», de «anticipar la jugada». Ahora, cuidado con el ritmo. Si estás delantando, acelera; no te mantengas «uniformemente en paralelo» . No es bueno ni para ti ni para el resto de usuarios. Ya ahorrarás en otro momento.  

6. Deceleración

Levantar el pie y dejar rodar el vehículo con la marcha metida en ese instante. Frenar de forma suave con el pedal de freno. Reducir de marcha lo más tarde posible, con especial atención en las bajadas.

Todo muy correcto, la no utilización del freno motor reduce el consumo, pero tembién quita algo de control y desde luego gastarás más en frenos: en cambio de pastillas y en discos de freno. No te lo dicen, pero es así: milagros no hay. Y en las bajadas o carreteras de montaña:, menos marchas largas, menos frenos y motor «mas sujeto».  Y si tu coche no tiene el sistema de frenada perfecto, ni se te ocurra no utilizar el freno motor

7. Detención

Siempre que la velocidad y el espacio lo permitan, detener el coche sin reducir previamente de marcha.

Pues eso: cuando sea posible y si ti coche frena bien. Ahorras gasolina y gastarás un poco más los frenos

8. Paradas

En paradas prolongadas (por encima de unos 60 segundos), es recomendable apagar el motor. 

¡¡Cuidado!! Los coches que se detienen y arranacan automáticamente en las paradas y semaforos tienen todo el sistema preparado para ello: batería, motor de arranque y alternador. Si tu vehículo no tiene Start&Stop y te dedicas a parar el motor con demasiada frecuencia -en semáforos y cosas así- te quedaras sin batería y  te cargaras el motor de arranque y el alternador en cuanto te descuides. Si tu coche no funciona «como la seda» pasarás también momentos muy emocionantes -con el coche parado, entorpeciendo el tráfico- entre los pitidos aplausos y vítores de los automovilistas de tus alrededores. 

9. Anticipación y previsión

Conducir siempre con una adecuada distancia de seguridad y un amplio campo de visión que permita ver 2 ó 3 vehículos por delante. En el momento en que se detecte un obstaculo o una reducción de la velocidad de circulación en la via, levantar el pie del acelerador para anticipar las siguientes maniobras

Y pisarlo para aprovechar los huecos, que para eso también sirve el «mirar lejos». No todo es cuestión de levantar el pie; también hay que anticiparse cuando conviene acelerar. El tráfico, la circulación, la conducción también tiene un ritmo: no todo es ir casino y adocenado. ¡Ya está bien!. ¡Ahorremos, pero vivamos! 

10. Seguridad 

En la mayoría de las situaciones, aplicar las reglas de la conducción eficiente contribuye al aumento de la seguridad vial. Pero obiamente existen circunstacias que requieren acciones específicas distintas, para que la seguridad no se vea afectada.

Esto es como una de cal y otra de arena.  Y estoy en bastante desacuerdo. Tampoco la seguridad vial y las técnicas de conducción segura son la misma cosa. Ni parecida. La conducción eficiente lo es referida a la economía de combustible, no a la seguridad. No nos engañemos. De hecho, la rigidez en la aplicación de deteminadas conductas recomendadas para reducir el consumo pueden, incluso, resultar contraproducentes respecto a esa eficiencia, pésimas para el rítmo y flujo circulatorio, enervantes para otros conductores e inseguras -cuando no peligrosas- en muchos casos.  

Por otro lado, se explica poco, mal -o nada en absoluto- el deterioro mecánico -y el pecuniario- que produce esa eficiencia y ese «enorme paraguas» que se llama sostenibilidad. Sin entrar en más detalles por ahora, te diré que le preguntes a tu mecánico como le sienta eso de las marchas largas a baja velocidad y pocas revoluciones al motor de tu coche. Si te parece, concretemos: dejemos sensores, caudalímetros sondas lambda, carbonilla y otras zarandajas. Qué se centre en la válvula EGR, en los euros que cuesta limpiarla y cambiarla y la frecuencia con la que lo harás cuando practiques esa conduccióin eficiente y no aceleres «ni por saber morir».  

Ir arriba