Una abuela, dos bébes y una pierna ortopédica: los "olvidos" de los usuarios Goldcar

Una abuela, dos bébes y una pierna ortopédica: los «olvidos» de los usuarios de Goldcar

Una abuela, dos bébes y una pierna ortopédica: los «olvidos» de los usuarios Goldcar. Pero no acaba aquí la lista que también incluye Balas, una placa de policía, dentaduras postizas o una catana.

El final de las vacaciones es un momento poco apetecible. Pensar en la inminente vuelta a la rutina puede resultar incluso traumático, algo que podría explicar el curioso ranking elaborado por Goldcar, compañía líder en el mercado de alquiler vacacional de coches, con los “olvidos” más sorprendentes por parte de sus clientes en el interior del vehículo de alquiler del que han disfrutado durante su tiempo de descanso.

Las últimas experiencias vividas en Goldcar muestran despistes que van desde objetos habituales como llaveros -con sus respectivas llaves-, dispositivos electrónicos o prendas de vestir, hasta situaciones realmente inverosímiles, como la que se vivió el pasado verano en una de las oficinas de Goldcar en Sevilla cuando el personal de la compañía descubrió que una familia había olvidado a la abuela en el interior del vehículo. También se han dado descuidos u «olvidos» tan difíciles de entender como, en dos ocasiones, dejar a sendos bebés en sus sillitas de viaje dentro del automóvil.

Un anecdotario que incluye también curiosas situaciones como, entre algunas recientes, el olvido por parte de un cliente de una pierna ortopédica; o el hallazgo de una caja con balas por parte del personal de mantenimiento de Goldcar al realizar las labores de limpieza de un vehículo. Unas muletas, la placa de un policía en activo, disfraces, una dentadura postiza, una catana, o el equipaje al completo perfectamente organizado en el maletero son otros ejemplos de objetos francamente curiosos que los clientes de Goldcar han dejado olvidados en los coches que han alquilado para disfrutar de sus vacaciones.

“En ocasiones –explica Safont- la nota sorprendente no la pone tanto el objeto olvidado en sí como las reacciones que provoca su posible pérdida en sus dueños. Nos hemos encontrado con situaciones realmente curiosas”. Algunos ejemplos: una docena de huevos, cuyos propietarios, al cerciorarse del olvido al llegar a su destino, llamaron para gestionar su envío con carácter de urgencia. “Algo similar ocurrió con un biquini que encontramos entre los asientos de uno de nuestros vehículos. Su propietaria, francamente afectada, nos llamó insistentemente para comprobar el buen estado del mismo y gestionar su inmediata recuperación”, comenta.

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