¿Estás ácido o alcalino?
La clave de nuestra salud está en el pH de nuestra sangre, en el índice que mide la alcalinidad o acidez en un baremo de 0 al 14.
Lo deseable es tener un 7,4, pero una alimentación descompensada, el estrés y la contaminación ambiental alteran este ph y nos acidifican. En su intento por regresar a este equilibrio, la sangre roba los nutrientes que necesita del resto de órganos y produce efectos como la descalcificación de los huesos.
Muchas veces no tenemos el diagnóstico de enfermos pero tenemos una pobre salud (mesotrofia) que, como dice el doctor Rafael García Chacón, «es el estado de no salud, no enfermedad, en que nos encontramos la mayor parte de las personas», con poca vitalidad y falta de impulso.
¿Cómo sabes cuál es tu estado?
La sangre es como el director de nuestra orquesta. Si llevamos un estilo de vida ácido capturará minerales del organismo para mantener su melodía. Pero como las oscilaciones del pH en sangre son muy pequeñas (+/- 0,04), se mide en otros líquidos como la saliva y la orina: Si están ácidos es porque están cediendo a la sangre y tenemos que corregir nuestro estilo de vida. Los síntomas que ello nos provoca son problemas digestivos, cansancio, dolor de cabeza, debilidad en cabello y uñas ….Y si no se corrige, el riesgo de desarrollar enfermedades importantes.
Nada más sencillo que acudir a una farmacia para que nos realicen el test con una tira reactiva. Los resultados son inmediatos y nos podemos poner manos a la obra haciendo cambios para mejorar nuestra salud.
Si el cuerpo está ácido nos sentimos oxidados. En cambio, si estamos ligeramente alcalinos ( pH de la sangre un poco por encima de 7), estamos protegidos frente a enfermedades. ¿Cómo trabajar para conseguir este estado? En primer lugar, elegir alimentos que sean alcalinos (ricos en magnesio, potasio y calcio), incorporar el ejercicio moderado a los hábitos diarios y oxigenarnos en espacios naturales siempre que sea posible.
Nos será indispensable para el primer propósito saber diferenciar en dos grupos cuáles son los productos aliados:
Alimentos ácidos: Alcochol, café, bebidas gaseosas, fritos, azúcar, harinas blancas, jugo de fruta envasado, chocolate, leche, arroz refinado y carne roja.
Alimentos alcalinos: Patata , pepino, coles de bruselas, espinacas, algas, limón, bayas de goji, aguacate, jengibre, almendras crudas, ajo, té verde….
Y llegamos al punto en el que me quería detener hoy: el té. Frente al café que nos acificida (cansa, descalcifica, irrita…) tenemos un magnífico aliado para alcalinizarnos. Seguramente ya conocéis y disfrutáis del té verde y sus efectos antioxidantes, pero ¿habéis probado el kukicha? Esta variedad de té (envejecido o madurado tres años) es una bebida con el valor añadido de que apenas contiene teína y que podemos tomar a diario cuando estamos cansados, después de una comida abundante o para remineralizar e hidratar nuestro cuerpo si tenenos sed.
¿Cómo prepararlo para obtener todos sus beneficios? Os anoto cinco recetas que realzan su uso medicinal
1. Receta básica: Kukicha solo
-Utilizamos una cucharadita pequeña de té por cada taza de agua.
-Ponemos el agua a hervir e incorporamos el kukicha.
-Dejamos hervir 2 ó 3 minutos hasta que adquiera su color marrón caramelo característico.
-Apagamos el fuego y dejamos infusionar 5 minutos más.
-Tomar sin azúcar, sin lácteos ni otros añadidos.
Podéis guardar las varitas de té en un colador, dejando que se sequen, y reutilizarlo dos o tres veces más.
2. Kukicha con canela
Para calentar en jornadas frías y reducir los niveles de azúcar en sangre.
-Incorporar una varita de canela en el momento en que llevamos el agua al fuego y dejarla hasta el final del proceso. Es muy aromático…..
3. Con jengibre
También tiene la propiedad de calentar. Recomendable cuando pasamos un resfriado y hay que limpiar las vías respiratorias y eliminar mucosidad.
-Rallar un trocito de raíz fresca (mucho mejor que usarlo seco), extraer unas gotas de jugo e incorporarlas al té cuando ya está preparado.
4. Con regaliz
Para casos de indigestión y acidez estomacal.
-Añadir un trocito de regaliz seca en el momento de apagar el fuego y dejar infusionar. Proporciona un sabor más dulce al té.
5. Con anís estrellado
Para casi todos los desórdenes estomacales: facilita la digestión y elimina gases.
-Es suficiente con añadir una estrella en el primer momento de la cocción y dejarla hervir junto al té.
¿Con qué kukicha os quedáis? Merece la pena comenzar a alcanlinizarse.