Colaboracionismo activo y pasivo

Suele darse en todas las guerras y enfrentamientos y consiste en facilitar al enemigo su agresión, siendo el motivo principal obtener más adelante una compensación que puede ser de la más diversa índole.

En la nueva batalla que nos vemos obligados a librar los valencianos contra el proceso de catalanización, mucho peor que la de Almansa, también se da ese fenómeno. En el colaboracionismo activo los simpatizantes del contrincante, contrario enemigo u oponente actúan para beneficiarle como pueden, así por ejemplo, laboran fuertemente desde hace años en este proceso “Acció Cultural del País Valencia”, “Escola Valenciana”, “El Micalet “ y algunas otra agrupaciones de menor entidad. Son bastiones del pancatalanismo al igual que la llamada “Academia Valenciana de la Llengua” que tiene el dudoso honor de, además de bastión, ser un Caballo de Troya privilegiado porque los ocupantes del armatoste estaban a la vista de todos cuando se encaramaron en su interior, sin tener que hacer esfuerzo alguno merced a la comodidad que les proporcionaron las escaleras facilitadas por los partidos políticos, constructores del invento.

También hay colaboracionistas en la enseñanza porque es sabido que en la educación está la base del posterior desarrollo. En ese sector trabajan a destajo los “profesores”, algunos de ellos con tanto coraje que enseñan a elaborar banderas catalanas, organizan actos catalanistas, “correllengues “, adoctrinan a los niños y en fin, campan por sus respetos – sin respeto alguno – sembrando y tratando de poner los cimientos de lo que más adelante esperan sea la “Gran Cataluña”.

Un colaboracionismo activo, “sui generis”, es el que desarrolla el Sr.Moliner, presidente de la Diputación de Castellón, favoreciendo la expansión del catalán y buscando la “unidad” de las dos lenguas. No solo es sorprendente sino extraña esa tendencia hacia la lengua catalana del Sr. Moliner, valenciano de la provincia de Castellón – la provincia es una división administrativa, nada más – a la vista de la situación en Cataluña y de la agresión catalanista a la Comunidad Valenciana. ¿ Sabe la historia del Pueblo Valenciano el Sr. Moliner .? , ¿ Ha leído a nuestros clásicos ¿, ¿ Sabe que decían escribir en lengua valenciana ¿, ¿ Conoce la definición de idioma valenciano de nuestro Estatuto ?, ¿ Sabe que los de allá arriba nos incluyen en un mapa de los inexistentes “países catalanes” ¿ , y con la que está cayendo y Cataluña pidiendo la independencia, ¿ en vez de defender lo suyo favorece el proceso de catalanización?.

Por otro lado, ¿ tan importante es para el Sr. Moliner que valenciano y catalán se unan ? ¿ Tan importante que el catalán absorba al valenciano ? . Mal asunto para el Partido Popular si sus políticos no tienen las ideas claras o no han leído lo suficiente.

La labor directa y abierta de todos estos grupos se ve enormemente facilitada por el de los calaboracionistas pasivos. Son los que desde sus puestos como políticos, funcionarios, empresarios o lo que sea, y viendo la actividad antivalenciana de los activos no hacen nada por impedirla permaneciendo de brazos cruzados, haciendo como que no ven y practicando la política del avestruz. Este grupo es bastante más numeroso y del forman parte desde los ingenuos y despistados hasta los cobardes, pasando por un amplio abanico integrado por cándidos, timoratos, crematísticamente interesados, cómodos, apátridas y vividores, siendo ésta última clase la que mas abunda. Son todos aquellos que viven en la sociedad que les acoge, donde han desarrollado su vida, de la que han recibido sus beneficios, han sido atendidos en sus hospitales, han venido disfrutando de sus servicios, de la que han obtenido sus ganancias, en la que ocupan sus puestos remunerados, en la que han podido desarrollar sus negocios y colocar sus productos, etc, etc. No son simples desagradecidos sin parásitos que chupan la sangre a la sociedad que les amamantó sin el menor sentido de agradecimiento o solidaridad, no moviendo ni un dedo en la situación difícil como la que hoy vive nuestra sociedad valenciana.

Estas gentes pasan de todo. Nada va con ellos. No se sienten miembros de nada. Solo les manda su egoísmo.
Las tensiones están a flor de piel y el Consell sigue pertinaz en su senda de errores. Errores voluntarios que trata de disimular mediante maniobras. Se sabe que han tenido lugar algunas reuniones con representantes del valencianismo en las que se ha intentado hacer ver al gobierno autonómico los daños que se están produciendo con su política. Los grupos catalanistas de presión en las universidades son el producto de las concesiones del Consell. Son un producto del Partido Popular y del P.S.O.E. pagado con los impuestos de los valencianos. Y sigue la racha. Poco se sabe de estos intentos porque su inutilidad ha impedido siquiera que se comentasen.

Más de lo mismo, o sea, que poco se sabe de la marcha de la Real Academia de Cultura Valenciana. Se sabe que una asociación cultural presentó un escrito sugiriendo se dirigiesen a la Casa Real a propósito de la omisión por el Rey Felipe VI de la lengua valenciana en su discurso de proclamación, pero de ello hace ya tiempo y ni siquiera ha habido respuesta. La Academia se aísla en su aislamiento. Hace unos días tuvo lugar una sesión pero los académicos no son muy dados a comentar lo que sucede en el seno de la entidad, lo que impide conocer mínimamente lo acontecido.

Únicamente se ha filtrado que algunos académicos comenzaron a mostrar disconformidad sobre el papel de la entidad en medio del desconcierto y la contrariedad que invaden al ciudadano pero el Decano cortó rápidamente el intento presentando una especie de cuestión de confianza a la que sometió a los asistentes. Al parecer quería saber si se aprobaba su sistema. Tampoco se sabe el resultado de la votación pero es creencia del entorno que la pregunta se refería al modo de dirigir la entidad y no a si los académicos estaban conformes con su negativa a defender públicamente la cultura valenciana, obligación establecida en sus estatutos. Con todo esto no es aventurado pensar que las discrepancias están abriéndose paso en la Academia pero también que se confirma la actitud del Decano de permanecer ajeno al drama identitario.

Guillem de Varoyc

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