EDITORIAL. La pilota valenciana en el Cap i casal, entre miserias y limosnas

Desde la semana pasada están activos diversos hashtags en redes sociales relativos a salvar el trinquete de Pelayo. #salvarPelayo y #salvempelayo son los que más tweets acumulan. Los tuiteros utilizan estas etiquetas para lanzar tuits en contra del cierre de la catedral de la pilota valenciana, como es conocido este trinquete. Por estos hashtags también han desfilado nombres públicos como Joan Ribó, Esteban González Pons o Enric Morera para mostrar su apoyo al mantenimiento de la mítica cancha, sin poder aportar muchas más soluciones. Porque al final se trata de nuestro “deporte nacional”, sí, pero también de negocio. La familia Tuzón actuales gestores del local y propietarios de la licencia para uso deportivo del recinto, ha hecho pública su intención de dejar el negocio, con el 15 de julio como fecha tope para la resolución del contencioso. Jaime Amorós Arnau y su familia, propietaria del local y afincados en Cantabria, piden un alquiler del local que según indican los gestores actuales, estaría por encima de la rentabilidad del negocio. La tercera pata la constituiría el empresario José Luis López que ya intervenido económicamente para evitar la desaparición de la empresa Val Net y en estos momentos estaría negociando a dos bandas por una parte con Amorós para llegar a un acuerdo por la mensualidad a abonar, y por otra, con los Tuzón para fijar una cantidad asumible en concepto de traspaso del negocio.

Si falla el acuerdo a tres bandas, las administraciones deberían entrar en juego. Claro que otros empresarios también podrían exigir el mismo trato, pero debemos tener en cuenta que la pilota valenciana es indiscutiblemente una evidente seña de identidad de nuestro Pueblo. Tal vez la solución podría ser que la Fundación deportiva municipal asumiera el alquiler y la gestión de Pelayo; de esta manera, además de albergar las grandes partidas de profesionales, también se podría apoyar las escuelas de pilota de la ciudad y generar nuevos jugadores y nuevos aficionados. Otra solución sería constituir un patronato integrado por el Ayuntamiento (o incluso otros ayuntamientos además del de Valencia), Generalitat, Federación de pilota y la iniciativa privada que podría prolongar su actividad más allá de los límites de la ciudad. Sea como sea, los valencianos no nos podemos permitir otra pérdida más y cuando la iniciativa privada falla en un bien de interés general, ahí debe actuar la administración. En el horizonte dos iniciativas para intentar salvarlo; por una parte la petición en Change.org Salvem Pelaio puesta en marcha por el periodista deportivo Vicent Marco, y por otra, y si les apetece, este mismo jueves 25, a las seis de la tarde, Romà Seguí ha organizado el evento por Facebook Cerveses, empanadeta i pilota para que todos los que quieran apoyar el mítico trinquete de Pelayo lo hagan público; nosotros pensamos acudir, ¿y ustedes?

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