El negocio de la solidaridad

Otra vez una ONG en la portada de todos los medios por un más que presunto fraude, esta vez es la llamada “Sociedad Española de Medicina Humanitaria” cuya responsable es Pilar Estébanez, ex concejala del PSOE en el ayuntamiento de Madrid. Pero este nuevo caso no es más que la penúltima gota de la miserable historia de quienes hacen de la solidaridad y la injusticia un negocio. Todos recodamos fraudes de otras organizaciones no gubernamentales que se dedicaban a “apadrinar” niños que no existían, que se montaban agresivas campañas de publicidad en televisión (con lo que cuesta un spot) o presentaban a “famosos” bienintencionados como pantalla para sus repugnantes actividades.

Vivimos en un mundo desquiciado en injusto y los gobiernos han dejado su conciencia social en manos de particulares. Ingentes cantidades de dinero público se entregan sin apenas control a ingentes cantidades de organizaciones no gubernamentales y fundaciones de las que o apenas se sabe nada o tienen una presencia excesiva en los medios. En un campo tan amplio y tan accesible, es muy fácil que broten malas hierbas. Y brotan. Pero son como los alijos de droga que intercepta la policía: si cada poco nos enteramos de uno, ¿cuántos estarán pasando que no son descubiertos?

A pesar de todo sigo creyendo que la inmensa mayoría de la ONGs, con más o menos acierto, tratan de cubrir esos vacíos de justicia social para los que el capitalismo puro y duro no tienen ni ganas ni tiempo: mientras negocian entre ellos, impulsan ONGs y así creen que se limpian la mala conciencia. Si alguna se pone realmente impertinente, se le corta el suministro de dinero y punto. Del resto, apenas se sigue el rastro. Y ni se imaginan el daño que hacen estos casos de escándalos. Al final todos desconfían y el desprestigio de estas organizaciones aumenta cada día. Hace falta ser muy miserable para enriquecerse con la pobreza de los demás y la buena fe de uno cuantos.

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