Juan Vicente Pérez Aras, Diputado Nacional PP. Un Consell y una Legislatura agotados

Incertidumbre o esperanza

Incertidumbre o esperanza. Recién estrenado el 2016, un bisiesto en toda regla, la incertidumbre política no parece despejar el horizonte patrio ante la dicotomía que se nos plantea. Seguir el mandato del Santo Padre ante su declaración de Año Santo de la Misericordia o seguir con nuestro deporte nacional de autodestrucción y utilizar el Misericordia para asestar el golpe de gracia a nuestra Democracia. Indulgencia tengamos en estos momentos para poder dejar atrás la incertidumbre y abrir un halo de esperanza ante las incertidumbres que nos acechan.

El 20-D sigue muy presente en una actualidad política marcada por las estrategias de los Partidos Políticos, los verdaderos gestores de esa voluntad ciudadana expresada en las urnas. Tras las rondas previas de Mariano Rajoy con el resto de líderes, el escenario que han trasladado los medios es de caos total. Un cierre de filas bajo el mantra de “todos contra el PP”, obviando el evidente mandato democrático que arrojaron las urnas. No solo el Partido Popular ha sido la fuerza más votada con casi 7 puntos de diferencia, un millón setecientos mil votos y más de 30 escaños respecto a la segunda fuerza, el PSOE. Es que, desde el punto de vista territorial, también ha sido el más votado en 13 de las 17 Comunidades Autónomas y en 39 de las 52 circunscripciones. Un detalle, cuanto menos, a tener en cuenta. Porque parece ser que para estos profetas de la Democracia, unos votos valen más que otros.

Unos resultados que confirman a una amplísima mayoría de españoles, más de 16 millones de los 25 millones que votaron, 253 Diputados de los 350 que conforman el Congreso, nada más ni nada menos,que han apostado por formaciones políticas que comparten, aún desde la lógica discrepancia, una defensa del orden constitucional, de la unidad de España, de nuestra soberanía, de la igualdad de todos los españoles, de nuestro papel en el mundo, ante las propuestas claramente rupturistas y secesionistas de aquellos que buscan una involución del propio sistema para generar una nueva sociedad. Un nuevo modelo sacado de los manuales marxistas y que los laboratorios sociales del populismo han lavado la cara bajo los principios del Socialismo del Siglo XXI.

Por eso es tan importante mantener un espíritu abierto centrado en el interés general, ante posibles cordones sanitarios que buscan sacar rédito solo desde el cálculo partidista. Unas estrategias que dejan de lado ese espíritu europeo que ha buscado siempre el acuerdo frente a la ruptura, especialmente entre las dos grandes fuerzas políticas del viejo continente. La tan recurrente Grosse Koalition, ha sido el mejor ejemplo de como los intereses generales de un Estado deben primar siempre por encima de los propios de los Partidos. Ya en 1966, el cristianodemócrata Kiesinger propició un ejecutivo donde su vicepresidente tomó el relevo para garantizar una estabilidad necesaria en un momento difícil para Alemania. Aquel vicepresidente, elegido Jefe del Gobierno con el apoyo también de los Liberales era el histórico socialdemócrata Willy Brandt.

Un escenario que volvió a repetirse ante la necesidad de garantizar las Reformas que el socialdemócrata Schröder puso en marcha y que Merkel asumió con el primer Gobierno de Gran Coalición (2005-2009), y que en 2013 volvieron a repetir, anteponiendo el sentido de Estado por encima de cualquier otra consideración. O el modelo de cohabitación francés, entre los socialistas y el centro-derecha, por el cual unos u otros han detentado la Jefatura del Estado y/o la Jefatura del Gobierno. Eso es la Política, generar escenarios de encuentros. Referencias claras, posiciones firmes por encima de cordones sanitarios que viven de la desestabilización.

Ejemplos que deben servirnos de referencia, en los que se centra esa apuesta firme y decidida que desde el Partido Popular hemos mantenido, en aras a generar un escenario de moderación, de certidumbre, de esperanza. Son momentos de sumar, de aparcar diferencias y apostar por la Política con mayúsculas, de propiciar una Política de Estado que nos permita consolidar la recuperación que tanto nos ha costado alcanzar. No podemos dar un paso atrás. Por el bien de los españoles, sean de donde sean, piensen como piensen, tiene que prevalecer el sentido común que nos permita seguir siendo, no solo la nación más antigua de Europa, sino ese referente de una nueva Política que apueste de verdad por las personas. No es momento de debilidades, porque son muchas las amenazas. Es el momento de apostar por nuestras fortalezas, de aprovechar todas las oportunidades para garantizar el Gobierno que pide y necesita España.

Juanvi Pérez

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