Juan Vicente Pérez Aras, Diputado Nacional PP. Un Consell y una Legislatura agotados

La Revolución de Junio de la nueva izquierda

Abierta la veda en las mismas entrañas de la izquierda, la lucha fratricida por la hegemonía intelectual y el liderazgo político van a marcar un antes y un después del 26-J. Pablo Iglesias lo tenía claro. Su estrategia venía ya de lejos, y no solo desde el mediático 15M, un hábil instrumento de comunicación política para armar un proyecto político transversal desde el neomarxismo populista bolivariano a la socialdemocracia más cool.

El Comunismo quiere cobrarse una supuesta deuda histórica que este país tiene con él. Arrinconados por el anarcosindicalismo, fueron siempre una variante residual, muy ideologizada y dependiente de Moscú, más aún tras la ruptura en la Iª Internacional entre los partidarios de Marx y los Bakunin, Kropotkin y compañía. Y es que el espíritu español siempre comulgó más con el anarquismo, incluso después de que los bolcheviques tomaran el poder en Rusia en 1917. Pese a la penetración del Comunismo en todas las estructuras sociales, incluidos los sindicatos, en España los anarquistas todavía marcaron la pauta hasta el 39. Luego llegaron los socialistas tras Suresnes con sus trajes de pana y se llevaron los honores de la Transición. Por eso hay que profundizar en esa calculada estrategia del líder podemita, más allá de su demoledora puesta en escena que tan bien plasman esos Medios, todavía en manos privadas, rendidos a la retórica revolucionaria.

La “nueva” política viene marcando el tempo electoral. La iniciativa tomada ya desde el 20-D, busca entronizar al nuevo Lenin de Vallecas. Pablo Iglesias busca su Revolución de Junio, desde las calles y plazas que forjaron ese liderazgo, compartiendo también ese enemigo común, el anarquismo, de ahí que haga suya la frase “la revolución empieza por casa”. Y en eso estamos. Primero el órdago a los guardianes de la ortodoxia, a los herederos del Partido Comunista, para a continuación , ir cerrando el lazo en torno a la presa principal. De ahí los nervios en Ferraz.

Las nuevas élites intelectuales de la izquierda, esa oligarquía universitaria reconvertida en ariete del populismo, bien alimentados, cuidados y acomodados por ese sistema al que buscan destruir, vierten sus soflamas desde las nuevas Plazas Rojas de nuestros pueblos y ciudades. Los laboratorios sociales de la izquierda son hábiles en la manipulación política. Han sido los maestros, y los hechos y la historia lo demuestran. Te dirán lo que tu quieres oír, adaptarán su mensaje al medio y al público. El objetivo es irrenunciable. El poder. Una vez conseguido, ya no hay amigos. El Comunismo es así. El poder se toma y se ejerce, no se comparte, por muchos “pactos del botellín” en las plazas.

Por eso, sin poner en duda las lógicas aspiraciones políticas en buena lid democrática, el órdago lanzado por el Podemita va a provocar una convulsión sin precedentes en todo el espectro político de la izquierda. Un órdago que toma diferentes matices en los territorios, dada la amalgama ideológica a la izquierda del PSOE. De ahí que hallan iniciado la revolución empezando por la propia casa de la izquierda, conscientes de sus fortalezas, de la oportunidad que les brinda la historia para cerrar heridas del pasado. Han estudiado perfectamente todos los escenarios, buscando medrar en las debilidades de su principal presa política, para reconvertirlas en amenazas demoledoras de su otrora indiscutible hegemonía. La organización federal del PSOE empieza a convulsionarse ante los cantos de sirena podemitas. Las semillas plantadas empiezan a germinar. Y ellos están esperando recoger los frutos.

Los días pasan y la cita se acerca. Con ella, la presión irá en aumento para determinar quien es el dominador y quien el dominado en este juego de tronos. Ni Programas, ni propuestas, solo lucha por el poder, solo un objetivo, tirar al Partido Popular que visto lo visto, es el único que mantiene la coherencia y el compromiso por mantener un rumbo que nos ha sacado de la crisis. El único que habla de sumar y no de restar, el único con un proyecto de de futuro para todos los españoles.

Artículo de colaboración de Juanvi Pérez

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