¿Urnas o playa?

Las crisis del Consell

Ni cinco meses de gobierno compartido, bipartito o tripartito y ya faltan dedos para contar las crisis que llevan. Que abrir RTVV el 9 d’Octubre no da tiempo, y que no lo ven claro; que si la Agencia Antifraude de Podemos es una duplicidad y que no hay presupuesto; que la consellera de Sanidad “coloca” a la directora de La Fe; que si el reparto de las competencias sobre la memoria histórica enfrenta a la Conselleria de Transparencia y a la de Justicia… Y seguimos hasta llegar a la polémica del matadero de Morella, que de momento parece que es la crisis más grave y que aún está por solucionar.

Todavía abierta y sangrando la herida del Matadero de Morella, los enfrentamientos internos no cesan. Y si hay un protagonista habitual es el conseller de Transparencia, el señor Alcaraz. Una Conselleria sin presupuesto creada por puro postureo político y para completar el cupo de Compromís, que no se dedica a otra cosa que no sea generar crispación y malestar entre los miembros del Consell.

Ahora quieren que los funcionarios les hagan de espías y se dediquen a sacar todavía más trapos sucios de la gestión del anterior Gobierno del Partido Popular. Alcaraz asegura que es una orden de Ximo Puig y Ximo Puig afirma que no tiene ni idea de quién ha dado esa orden. Además, lo hace por escrito, si tapujos.

No paran de quejarse del colapso que sufre nuestra Administración autonómica. Se lamentan de que faltan funcionarios y de que los expedientes se acumulan en los escritorios. Pero quieren que los funcionarios se dediquen ahora a investigar al eterno enemigo. Ni PSPV, ni Compromís se han concienciado todavía de que son el Gobierno, de que ya no son oposición, de que ahora no les toca criticar y de que sí les toca gestionar. Los valencianos y valencianas tendremos un problema muy grave si siguen por este camino. Y no digo con esto que el funcionario no tenga que denunciar las infracciones que encuentre, faltaría más, pero es que a este Consell le está costando demasiado asumir sus verdaderas responsabilidades.

Artículo escrito por Toni Subiela

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