Juan Vicente Pérez Aras, Diputado Nacional PP. Un Consell y una Legislatura agotados

Mare Nostrum: 2 de mayo ¡A las urnas!

Mare Nostrum: 2 de mayo ¡A las urnas!. La actualidad vuelve a ponernos delante del espejo de la historia, coincidiendo con un Dos de Mayo. Hoy a las 24:00 horas expira el plazo para la investidura de un presidente del Gobierno. El presidente del Congreso someterá a la firma del rey el decreto de disolución de las Cortes y convocatoria de elecciones para el 26 de junio, que será suscrito por Felipe VI y se sustanciará mañana 3 de mayo con su publicación en el BOE. La XIª legislatura nonata ha concluido y el Cuerpo Electoral vuelve a ser llamado para ejercitar ese principio democrático consagrado en nuestra Constitución en su Art.23 y que se envuelve en ese principio de participación. Un compromiso cívico de la ciudadanía en la que reside la Soberanía Nacional, esa fuente última del Poder, el pueblo español. Y mientras algunos cuestionan esta vuelta otra vez al principio, tan solo 134 días despues de las últimas elecciones, no podemos caer en ese juego que busca poner en cuestión nuestro sistema democrático. Y este tiempo, aparte del sainete político que han representado algunos, ha demostrado que las Instituciones funcionan, y que son una garantía para todos. Una clara constatación de la fortaleza de nuestro sistema democrático, que al margen y a pesar de la vorágine político-mediática del momento, ha puesto en valor que España no ha estado en funciones.

Además, cuando nos hemos cansado de escuchar la necesidad de potenciar la participación, de regenerar un sistema de Partidos y hacerlo más inclusivo, no debemos rasgarnos las vestiduras por la nueva convocatoria electoral. El mandato del 20-D fue claro. La ciudadanía demandó acuerdos entre las fuerzas políticas con un reparto de escaños que escenificaba un nuevo tiempo. Y si podemos concluir algo positivo de estos meses, es que los ciudadanos han podido conocer de primera mano las estrategias de unos y otros. Frente a la apuesta del Partido Popular por esa Gran Coalición de las fuerzas constitucionalistas, la fórmula que la mayoría de países de nuestro entorno están adoptando ante el avance de los populismos, el resto ha vuelto a componer esa coalición contra-natura de todos contra el PP. Sin más argumento que cobrarse una deuda supuestamente de la historia con ese Frente Popular que la Izquierda ha buscado reeditar, con la aquiescencia de un Partido emergente autoproclamado hilo conductor de la «nueva» política. Impolutos de fachada han quedado retratados, tras romperse su burbuja demoscópica y diluir esas espectativas que ellos mismos se habían creado.

Nuestra Democracia está alcanzando la madurez, y el pluralismo que emana de ella debe ser una oportunidad para seguir perfeccionando nuestro modelo de convivencia. Pero eso sí, algunos todavía siguen anclados en vetos imposibles y prejuicios trasnochados, criminalizando a la mayor fuerza política de este país como estrategia política, obviando que fue la que ganó las elecciones el 20-D en la inmnesa mayoría de circunscripciones. Una fortaleza que siempre ha demostrado el Partido Popular, acosado y perseguido de forma inmisericorde por aquellos que buscan en esa política de tierra quemada ganar aquello que las urnas una y otra vez les han negado.

Ahora es momento de reflexionar. El Cuerpo Electoral debe volver a pronunciarse ante la constatación de que oir cantos de sirena pueden conducirnos a escenarios nada deseables a estas alturas. La alternativa por la Izquierda con esa mediática fórmula de Gobierno a la valenciana, era mucho peor para España que la repetición de las elecciones. Por eso la opción propuesta por el Partido Popular era la única con sentido, al aunar una mayoría contundente y sólida para afrontar los envites del neopopulismo.

Estamos conformando la Política del siglo XXI y en ella el papel de la ciudadanía va a ser determinante para definir ese espacio deliberativo donde los Partidos Políticos vuelquen su relato. Nuevos retos para la sociedad actual que demanda ejemplaridad y liderazgo desde la ética de la responsabilidad. Por ello conciudadanos ¡a las urnas!, ejerzamos esa voluntad irrevocable desde el sentido común y la voluntad de seguir construyendo una sociedad moderna que garantize superar los retos y dificultades que nos acechan. España necesita un Gobierno estable, seguro y con cordura. Un Gobierno donde las personas sean lo primero, no las estrategias partidistas y los juegos de poder.

Que las urnas hablen de nuevo, que su veredicto permita que la Política vuelva a escribirse con mayúsculas, dejando atrás esa otra que Unamuno describía como politiquería. La política inauténtica que confunde los medios(votos) con los fines, que utiliza el proceso electoral (medio) como si fuera un fin en sí mismo, con el que conseguir otros privilegios y objetivos al margen del bien común.

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