‘Vocación Europea’, por Juan Vicente Pérez Aras, diputado del Partido Popular en el Congreso de los Diputados en la XI Legislatura
Sin lugar a dudas ese espíritu de los padres fundadores del proyecto europeo que hoy conmemoramos, sigue latente a pesar de las dificultades socio-políticas que acucian a esta organización supranacional, que nació en la década de los 50 del siglo pasado con la CECA primero hasta la constitución de la CEE por el Tratado de Roma. Un recorrido hasta configurar un espacio geopolítico único en su género, avanzando en esa unidad política y aglutinando a 28 Estados, la mayoría de los que conformamos el viejo continente.
Hoy 9 de mayo, celebramos el Día de Europa. Una Europa cuestionada que afronta quizás uno de sus momentos más delicados. Con los esfuerzos conjuntos para paliar los efectos de la crisis. Con retos económicos como el TTIP (Tratado de Libre Comercio EEUU-UE), que está generando un debate intenso, entre sus detractores populistas y aquellos que lo vemos como una oportunidad para seguir dejando atrás la crisis y consolidar el crecimiento afianzando el posicionamiento de nuestros mercados en el comercio internacional. Con la presión social derivada de los conflictos en su periferia que están marcando la agenda política, donde el problema de los refugiados ha cuestionado toda esa inmensa maquinaria burocrática que se olvidó de las personas. Con el Brexit y sus consecuencias multilaterales, etc. Frentes políticos que acucian a una UE en plena evolución, consciente de la importancia de cohesionar este conglomerado plurinacional, que busca no perder ese liderazgo histórico, de trascendencia universal.
Y nosotros, desde este pedazo de tierra privilegiada, también debemos sentirnos parte, porque lo somos por derecho y por historia de ese mismo espíritu continental. Un espíritu europeo que nos ha acompañado a lo largo de nuestra historia, que ha determinado nuestra economía, que ha marcado nuestra cultura, nuestra idiosincrasia como pueblo, en ese mestizaje que a lo largo de los siglos hemos ido forjando como tierra de acogida, crisol de culturas. Por esa vocación exterior, por ese espíritu emprendedor que nos caracteriza como espacio de referencia en el Mare Nostrum.
Por eso hoy también debemos reivindicar ese liderazgo que siempre ha caracterizado a esta tierra y que día a día vamos consolidando gracias al efecto de las políticas reformistas del Partido Popular. Líderes en crecimiento económico, en creación de empleo. Y pese a los augures y profetas de la catástrofe, 2016 está confirmando que volvemos a ser la locomotora de España, y España de toda la UE. Un escenario positivo que confirma que las duras medidas aplicadas por el Partido Popular resultaron efectivas para ganar la batalla a la crisis. Unos datos que ponen en su verdadero lugar la imagen de una Comunidad que nada tiene que ver con esa “otra” imagen vendida por algunos de forma torticera.
Líderes en Turismo y destino preferente de los Erasmus europeos, líderes en exportaciones, etc, etc, Un crecimiento expansivo de una economía como la nuestra que responde satisfactoriamente a los estímulos de crecimiento. A todo ello ha contribuido y mucho esa vinculación continental, esa apuesta valiente y decidida de nuestros sectores productivos, que en contextos favorables ofrecen respuestas extraordinarias. Por eso,¿dónde está esa tierra oscura que muchos tratan de vender sin preocuparse de las consecuencias negativas de sus acciones?
La importancia de poder disponer de interlocutores válidos en el centro de poder europeo es fundamental para nuestros intereses, y nunca como ahora hemos dispuesto de mejores representantes como nuestro Portavoz en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons y Pedro Agramunt desde la Presidencia del Consejo de Europa. Dos referentes imprescindibles que refuerzan esa vocación europeista que nos caracteriza. Y especialmente en estos momentos en los que la Comunitat Valenciana está liderando la salida de la crisis en España, no podemos perder el ritmo de nuestro crecimiento, demostrando una vez más la fortaleza de esta tierra pese a las dificultades.
Aprovechemos esas oportunidades para seguir fortaleciendo esas relaciones que tantos beneficios nos reportan, en todos los campos. Hoy no podemos obviar esa pertenencia y dependencia de las políticas comunitarias. Políticas transversales que afectan nuestro día a día y que marcan el paso también a esa Europa de las Regiones que aportan ese matiz desde la proximidad, la cercanía.
Formamos parte de una gran nación que es España, y todos conformamos ese proyecto de unión que es Europa desde ese respeto a la diversidad de todos aquellos que lo conforman. Por eso debemos perseverar en seguir construyendo un verdadero espacio político, inclusivo y cosmopolita, desde el respeto a esos principios y valores que nos permitan recobrar el liderazgo intelectual y humanístico en el nuevo orden mundial.