Tal como van las cosas Podemos será la llave para el gobierno de la Generalitat Valenciana, en el caso más que probable que el PPCV no consiga mayoría absoluta. Y si Podemos es la llave definitivamente el Consell de izquierdas será ingobernable por encima de la voluntad, pactos y repactos que pongan de su parte PSPV/PSOE, Compromís y Esquerra Unida. Avecinan tiempos de turbulencias electorales.
Pese a su desasosiego, falta de liderazgo y tierra quemada el PPCV es la única formación política que mantiene en las encuestas una solidez suficiente para gobernar la Comunidad Valenciana. Más de un 30 por ciento de voto decidido a seis o siete meses de las elecciones supone un suelo tan espléndido que incluso puede cosechar el 40 por ciento en mayo de 2015, siempre en función de que no hagan más tropelías.
Pero así y todo no consiguen la mayoría absoluta (cambiar o no de candidato no afecta a esta ambición), luego todo está a expensas de UPyD (¿va a pactar Toni Cantó con Fabra? y lo que ocurra por su izquierda. Y por ahí el PSPV sigue en caída libre, que se agudizará con las diferencias que apuntan fuertes entre Pedro Sánchez y Ximo Puig. No consiguen los socialistas ser la fuerza opositora que lidere moralmente una propuesta de izquierdas para gobernar la Comunidad Valenciana. Los votantes más a la izquierda de este partido se van a Podemos. Prefieren el original que la copia que está resultando el PSOE, incluso en sus apariciones televisivas.
Compromís cae poquito a poquito a favor de Pablo Iglesias, y seguirá cayendo a medida que se acerque el momento decisivo de optar entre Mónica Oltra y Enric Morera. Lo mismo que Esquerra Unida, que ha trasladado a la organización el carácter leninista que exhibe Cayo Lara. De derrota en derrota hasta la victoria final, como si por alardear de rojerío fuera a caer el Palacio de Invierno.
En fin, que el famoso tripartito necesario para gobernar la Generalitat no será posible sin los votos de Podemos, que ya en las europeas sacó en la Comunidad Valenciana 143.000 votos y sube y sube en las encuestas. Solo la suma de todos da suficiente para conseguir la mayoría absoluta. ¿Y qué hará Podemos? ¿Apoyará a las fuerzas de izquierda para que formen gobierno? ¿Se convertirá en el Pepito Grillo del Parlamento Valenciano?
Queda por saber qué hará Podemos para presentarse a las elecciones autonómicas. Difícil lo tienen para formar candidaturas creíbles, aunque sus votos los sacarán por el atractivo de la marca y la ilusión que despiertan en amplios colectivos de la sociedad, sobre todo los más jóvenes votantes. Ya han dicho que no se presentan a las municipales, a sabiendas que los círculos en los que están organizados son tan abiertos que puede acabar de candidato el propio Bárcenas. Su coste marginal es muy bajo para acudir a nuevas elecciones, pero muy arriesgado.
Se avecina una temporada muy semejante a las luchas por el poder que hay en la serie televisiva La que se avecina. Incluso en los dos grandes partidos no descartan la necesidad de forzar nuevas elecciones a poco que el gobierno que salga de mayo de 2015 se caiga unas cuantas veces del cable funambulista. Tan claro como la decisión de Montoro de negarse a una nueva financiación autonómica. ¡A Ximo Puig y cia les va a dar el PP de Madrid un instrumento fiscal para tener más dinero!!! ¡¡Hasta Fabra les va a dejar los impuestos por los suelos!! Solo podrán meter mano a los archivos y sacar más historias como las de la Feria. Y eso ya no moviliza al personal. Demasiada nostalgia para lo que gente quiere.
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