Por qué dejé de ser de izquierdas. Isabella Sanchez Ibanco. 

Por qué dejé de ser de izquierdas

Por qué dejé de ser de izquierdas

Hubo un tiempo en que pensé que era de izquierdas, allá por el 1984, (recién cumplidos mis 18) cuando recién nacida la Democracia, surgía un movimiento  formado por políticos jóvenes que vestían pantalón vaquero y chaquetas de pana, gente que hablaba mi mismo idioma, alejados del encorsetamiento de los políticos que yo había conocido hasta el momento.

Un movimiento que decía defender los derechos de los trabajadores y pensionistas por encima de todo, un movimiento que se alejaba de la rigidez de una iglesia con demasiado poder en las instituciones, que decía defender las señas de identidad de cada uno de los pueblos de España, pero dentro de su unidad indisoluble, que ponía al político como un trabajador al servicio del pueblo, y vivía en pisos de protección oficial.

¡Yo era de izquiedas!

Hoy a mis 52 años, tras mas de 40 años de vivir en democracia, tras conocer vivir y votar estatutos de autonomía, y formar parte de ese pueblo trabajador al que los políticos de izquierdas venían a defender………..

¡Hoy soy de Vox!

Y para todos los que puedan pensar que he cambiado mi chaqueta quisiera comentarles.

Sigo pensando que los políticos están para defender los derechos de los trabajadores y pensionistas por encima de todo.

Que la iglesia no debe tener poder en las instituciones políticas

Que cada uno de los pueblos de España tiene derecho a tener su propia identidad pero dentro de una unidad una lengua y unas leyes comunes a todos.

Que los políticos son trabajadores al servicio del pueblo, y como el pueblo deben de vivir en las mismas condiciones.

Entonces… ¿he cambiado mi chaqueta?

Hoy los políticos de Izquierdas, cargan sobre los hombros de los trabajadores todo el peso fiscal del mantenimiento de una España que despilfarra dinero en lo que el politiquillo de turno considera oportuno, (amigos, familia, enchufes, alcohol, joyas, viajes, prostitutas), mientras los pensionistas malviven de una ridícula pensión, que encima tienen que utilizar para ayudar a sus hijos que no pueden vivir muchas veces con el infra sueldo que les queda después de pagar los insufribles impuestos que nos imponen.

La iglesia ha perdido poder en las instituciones, pero solo para dárselo a otra religión, LA MUSULMANA, que es quien desde hace tiempo dicta lo que los españoles pueden o no pueden hacer para respetar sus derechos y no herir sus sensibilidades ( los de los católicos españoles les importan un pimiento).

La distancia, el odio y las envidias entre las comunidades autónomas, gracias a los beneficios otorgados a algunas, en perjuicio de otras para conseguir favores políticos, han crecido hasta tal punto que España esta a punto de romperse en pedazos.

Los políticos que venían a trabajar por el pueblo, ya ni conocen ni escuchan al pueblo, son hoy nuevos ricos que viven en mansiones, en pisos de lujo, con escoltas privadas las 24 horas, y se dedican a imponer subidas y mas subidas de impuestos que hunden cada vez mas al pequeño empresario, al autónomo y a los pensionistas.

Reparten  el dinero de nuestro sudor entre personas que, llegadas de otros países y sin tener ningún derecho ganado, puedan vivir en España sin dar palo al agua, solo para conseguir hacerse la foto abrazando a alguno de ellos y salir en las primeras portadas de la prensa, para inmediatamente después lavarse esa mano, volver a su piso de lujo o mansión, olvidarse de ellos, y dejar que los españoles carguen con las consecuencias de sus actos.

El Congreso de los Diputados y el Gobierno de España, se ha convertido en una clase de primaria donde aquellos que se enriquecen a nuestra costa, se pasan el día discutiendo de si usted hizo un máster o usted robo tres cremas, tirándose a la cabeza toda la basura que encuentran en sus vidas privadas, mientras los españoles llevamos mas de un año que lo único que desayunamos, comemos y cenamos es la misma noticia «monotemacataluña» y el puñado de delincuentes traidores que tiene en jaque a todo un país.

¿De verdad he cambiado mi chaqueta?

¿O la chaqueta la han cambiado todos aquellos políticos de izquierdas centro y derechita pusilánime, que nacidos en la democracia y el estado del bienestar hoy viven como reyes a costa de los que se partieron y se parten la cara día a día para que ellos hayan podido disfrutarlos?

Sigo llevando la misma chaqueta, y hoy la pongo al servicio de Vox, de Santiago Abascal, de España y del Reino de Valencia, ¡que me vio nacer!

¡Vixca Valencia, y Viva España!

Autora: Isabella Sanchez Ibanco

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