¿Qué es lo renovable?

Las preguntas más elementales suelen quedar sin respuesta. Cualquier decisión que compromete recursos, o que afecta a las disponibilidades de los sujetos y familias, tiene más de una vertiente –al menos la del que se beneficia y la del que se sacrifica–, cuando las proclamas con que se adormece a la población, apenas si contemplan un aspecto muy parcial, nada relevante para la comunidad.

Con independencia de otros intereses, que prefiero marginar, parece natural que ante un mapa de objetivos diversos, la ordenación de los mismos resulta esencial. Ahora bien: ¿ordenación en función de la sociedad o del interés político? Ambos no suelen ser coincidentes.

Así, muchos suscribirían con escasas dudas su deseo de un desarrollo elevado, tanto económico como social. Análogamente, todos preferiríamos tener un aire limpio, un ambiente exento de ruidos ensordecedores, y un pleno empleo garantizado que nos librase de la zozobra amenazante del desempleo.

Desgraciadamente, no todas las aspiraciones suelen hacerse efectivas entre las posibilidades de los humanos. Así el objetivo de desarrollo económico y social, viene condicionado por las condiciones económicas de la producción en términos competitivos de un mercado abierto. Uno de los parámetros que hay que vigilar para que esto sea posible es el coste de la producción y, concretamente, de la energía; y destaco la energía porque, junto con el trabajo, es un recurso presente en cualquier proceso de producción.

Una energía barata, segura y abundante, que no parece posible en las llamadas energías renovables, pero el objetivo de éstas es político y, por lo tanto, prevalece sobre el objetivo económico. Por lo visto la Unión Europea está muy interesada en controlar que la cobertura de las renovables sea la que figura como objetivo de la Unión. Lo que no importa tanto a la Unión, es cuál pueda ser el efecto de esta energía cara en la economía española.

¿Es momento para hablar de energías renovables cuando tratamos de hacer frente a una crisis de dimensiones extraordinarias? ¿Tiene calculada la Unión Europea, la incidencia de renovables a toda costa, sobre el volumen de desempleo español? Pienso que su preocupación es otra, aunque no creo que coincida con la que inquieta a los parados, presentes o futuros. El principio parece ser que no importa una energía cara, dependiente, y de suministro inseguro, si el mix merece el calificativo de renovable. ¡Qué cosas!

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