Quieren más poder

En una obra de Benavente –creo recordar que en “La malquerida– el señorito le pregunta a uno de sus trabajadores qué quiere como recompensa a su entrega; la respuesta del empelado es tajante y eternamente lógica: “quiero poder”. Imagino que IU se va a enfadar con el paralelismo, pero ahí están los titulares de “El Confidencial Digital”: “IU exige a Susana Díaz (PSOE) la consejería de Educación y más cargos en la Junta de Andalucía. Si no, provocará la ruptura del pacto de Gobierno y el adelanto electoral”. Quieren poder, más poder y se juntan no para discutir si merece la pena seguir apoyando al gobierno de los ciento y pico imputados por los EREs sino para abandonar el barco si no les dan poder, más poder.

¿Y para qué sirve ese poder? En una España en crisis y en una Andalucía en la que se disparan y multiplican todos los índices negativos que esa crisis provoca, el poder decide poner en marcha una “Ley de la Memoria Democrática” –que se aprobará pese a todo y dependerá del señor Valderas– me imagino que con generosos presupuesto.

La pregunta es si semejante iniciativa –paralela y añadida a la Ley de la Memoria Histórica– es lo más urgente para los andaluces. Nadie –al menos yo– está en contra de sellar de una vez el pasado fratricida de todos y devolver la dignidad a los que se la negaron en una dictadura. Pero me cuesta más en estos tiempos de necesidades, cuando se llega a hablar de miles de niños que no se alimentan como debieran, sacarse de la manga este tipo de iniciativas que dudo incluso –y tengo derecho a ello– busquen sólo la reparación de una injusticia y no se conviertan en un arma arrojadiza y partidista.

Los que ingenuamente creímos que la transición aquella había cauterizado un pasado dramático, no acertamos. Pero aunque, como he dicho, me parece justo el intento de devolver la dignidad a todos, puedo diferir y difiero en convertir esto en una prioridad y más aun en un nuevo enfrentamiento, aunque sea solo dialectico, de las eternamente tristes dos Españas.

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