Tercer lunes o 19 de marzo

Una noche de julio de 2012 saltaban las alarmas en el colectivo fallero, el President de la Generalitat acaba de anunciar que trasladará las fallas al tercer lunes de marzo. El Presidente de Junta Central Fallera reunía a su equipo de urgencia, la Interagrupación de fallas, casualmente reunida ese día, trataba alarmada el tema. Pero hoy por hoy, habiéndose ya presentado dos veces el calendario festivo de la Comunidad, las fallas siguen ardiendo el 19 de marzo.

La frase más oída en el colectivo fallero de la ciudad fue -que un señor de Castellón diga en Alicante que nos cambia la fecha, es un despropósito- y en cierta forma los que coreaban esta consigna tenían razón, fue un error de formas el que cometió el President Fabra, hombre con buena voluntad pero mal aconsejado. El anuncio de que los festivos cambiarían a lunes ya lo hizo el Presidente Rajoy en su toma de posesión, lo que demuestra una vez más que esta Comunidad es el laboratorio de pruebas de los designios de Madrid.

Pero he de decir que aunque mal planteado, el fondo del discurso yo lo compré y lo defiendo, cada vez que hay un puente la productividad de una empresa baja, un profesor de la universidad una vez nos lo dijo, -el lunes y el martes por que volvéis del fin de semana, y el jueves y viernes por que os vais de fin de semana, el mejor día para que atendáis en clase es el miércoles-, y a la hora de trabajar al igual que cuando era estudiante pasa lo mismo a mi alrededor.

Fui una de las personas que voto en mi comisión fallera si al cambio del lunes, por responsabilidad hacia mi Comunidad y hacia el empresariado que es quien crea empleo, pero la votación por menos de 5 votos de diferencia dio el si al 19 de marzo. En muchas fallas pasaba lo mismo y gente que deseaba el cambio tuvo que acudir a la Asamblea de Presidentes de falla con el voto en contra al tercer lunes, pues la mayoría decide. Enarbolando la Senyera y con el pasodoble “El Fallero” como hilo musical las fallas volvían a mirarse el ombligo y tiraban de tradición para tumbar un cambio que bastantes falleros consideran necesario, aunque no la mayoría.

No se puede anteponer una supuesta tradición a la creación de riqueza y trabajo en una Comunidad que sufre del bolsillo. La productividad realmente se resiente por unas fiestas de buen comer y buen beber. El sector hostelero vive esperando que caigan las fiestas lunes para generar riqueza 17 y 18, lo que suponen más contratos y además impuestos que repercutirán en todos. El fallero hace la fiesta por que desea hacer la fiesta, el planteamiento de algunos de cobrar una tasa a quien ganaría más dinero con el traslado de fechas es ser un mercenario, lo importante de las fallas es su espíritu, no el día que se celebren.

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