Tiempos de incomunicación

Entiendo que las instituciones y partidos quieran controlar el mensaje que emiten sus miembros.

Entiendo que quieran saber lo que hacen los suyos. Entiendo incluso los argumentarios. Pero no entiendo que señores y señoras talluditos tengan que pedir permiso a sus gabinetes de prensa para decir dos bobadas ­o no­ en un medio de comunicación. Y menos aún, que estas personas se dejen.

Pienso en instituciones que pierden el juicio controlando a cargos recién electos, en partidos emergentes que llevan tres meses a ver si podemos tramitar (y siguen) una petición de contertulia periódica, en partidos con crisis en progreso que cancelan asistencias a debates a apenas unas horas de que estos se celebren para no tener que mojarse, y en ciudadanos que aprovechan lutos para no tener que rechazar abiertamente invitaciones a medios antes de que desde el norte les den permiso. ¿Hace falta que dé nombres? Luego dirán que no han sabido explicar su mensaje.

Ir arriba