¿Urnas o playa?

Una estoreta velleta…

Como dice el popular pasadoble fallero, al PP de la ciudad de Valencia lo han puesto en la falla para quemarlo el día de San José. Como “una estoreta velleta”, a ver si las llamas depuran a la derecha valenciana.

El PP de la defenestrada Rita Barbera se tomó la ciudad del Turia como su propia falla y hacía y deshacía lo que le venía en gana. Pero parece que el jurado este año la ha descalificado y ha dejado al PP fuera de concurso definitivamente. Y es que la política valenciana tiene un cierto paralelismo con las fallas de la capital. Hace no tantos años, en la batalla por el mejor monumento, solo participaban dos comisiones: Na Jordana y El Pilar, pero fueron apareciendo nuevos adversarios como L’Antiga, Convento Jerusalén, La nova de Campanar. Algunas fallas históricas ya no están en especial, incluso han desaparecido.

El panorama ha cambiado mucho, igual que en la política valenciana. El PP ya no está en especial, al menos en la capital, y ya veremos si no llega a desaparecer. Nada es imposible por muy difícil que parezca. Valencia no se merece esa representación política. Valencia es una ciudad alegre y festiva de la que se han aprovechado un puñado de sinvergüenzas. Pero ojo con los nacionalistas que se han puesto la piel de cordero y que son un lobo mucho más feroz de lo que mucha gente cree.

Estos amigos del nacionalismo independentista catalán están extendiendo sus garras por nuestras tradiciones y nuestra cultura valenciana, intoxicándola sutilmente de su tufo de intransigencia fanática. De esta gente, no hay acción sin intención y esta última nunca es buena.

“Creua el carrer la xicalla replegant els trastos pa la falla; i manté la tradició d’esta cançó…” Mantengamos nuestras tradiciones y recuperemos la alegría. Desterremos de una vez por todo la vergüenza de la corrupción política y evitemos que la crispación y la intransigencia ocupen su lugar. Opciones sensatas y honestas las hay.

Artículo de colaboración de Toni Subiela

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