Albiol pugna por el número uno de IU a las europeas

El nombre de la diputada autonómica de EU Marina Albiol suena con fuerza para alzarse con el número uno de la candidatura de su formación al Parlamento Europeo. Pero no es el único que está sobre la mesa. Willy Meyer también pugna por ser el cabeza de cartel que coseche los mejores resultados europeos de la coalición de izquierdas. La incógnita se resolverá hoy en el Consejo Político Federal de IU.

La comisión encargada de elaborar la candidatura deberá alcanzar hoy un acuerdo in extremis, al haber agotado las reuniones sin un consenso. La propuesta será ratificada por el CPF, y mañana, por la Asamblea de la organización. El principal escollo para cerrar la lista empieza en el número uno. El dilema está entre Albiol, que ofrece juventud y proximidad a los movimientos sociales, y Meyer, que representa veteranía (ya es eurodiputado).

Aunque en principio en Valencia asumían como una victoria que Albiol ocupara el tercer o cuarto puesto de la lista, su candidatura ha sido abanderada por un movimiento de renovación interno que han secundado varias federaciones de IU, entre ellas, Castilla y León y La Rioja. Dirigentes jóvenes (Albiol tiene 33 años) que buscan la manera de que el partido vuelva a conectar con el electorado más desencantado.

Frente a ella, el poder del aparato y la fuerza histórica de la coalición de izquierdas: Andalucía, que quiere a Meyer de candidato. Mientras tanto, otra de las federaciones más potentes, la de Madrid, se mantiene al margen de la batalla a dos. Esta agrupación, aunque no se decantó por un cabeza de lista, propuso para la candidatura a Lidia Fernández y Javier Couso, hermano del cámara de televisión fallecido en Irak. Un nombre que también podía haber rascado protagonismo.

Y es que el primer puesto de la lista es en estos momentos más que agradecido. Las últimas encuestas auguran muy buenos resultados a IU en las elecciones europeas del 25 de mayo: la formación de izquierdas podría pasar de los dos eurodiputados que tiene actualmente a, incluso, nueve. Ahora bien, no sólo de programa vive el votante.

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