Cocaína y alcohol, las drogas más consumidas

 

Proyecto Hombre Valencia ha dado atención a 3.067 personas durante el pasado año en sus centros de día de Valencia, Gandía, Ontinyent y Sagunto, las comunidades terapéuticas de Valencia y la situada en el establecimiento penitenciario de Picassent, una cifra similar a años anteriores.

Estos son algunos de los datos ofrecidos en rueda de prensa por la Fundación Arzobispo Miguel Roca-Proyecto Hombre de Valencia , con motivo de la celebración del Día Internacional de lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, según un comunicado de la entidad.

Según las fuentes, las cifras también confirman la tendencia de ejercicios anteriores respecto a las sustancias de mayor consumo, que siguen siendo la cocaína y el alcohol.

También es similar el perfil mayoritario de las personas consumidoras: varón, de alrededor de 36 años, con estudios primarios, soltero y de nacionalidad española.

La presidenta de la Fundación, María de la Concepción Guillén Paredes, ha destacado que entre las preocupaciones de esta entidad se encuentran las «grandes barreras que existen en la actualidad para encontrar un empleo, que, para las personas con adicciones se unen a la gran dificultad para mantener el que tienen».

Según Guillén Paredes, ambas situaciones «complican, aún más si cabe, la plena incorporación de estos colectivos a una vida libre de drogas».

Otra de las realidades en torno al consumo de drogas que inquieta a los responsables de la Fundación Arzobispo Miguel Roca es la «actual anestesia de la sociedad que no percibe las adicciones como un problema, tal como ocurría años atrás».

«Esta situación puede provocar, y de hecho ya está provocando que cada vez más los jóvenes se inicien en el consumo de alcohol o en otras dependencias con menor edad, entre otras consecuencias».

En este sentido, la Fundación, que dirige Proyecto Hombres desde hace más de 25 años, recuerda a la sociedad que existen soluciones y esperanza para problemas tan graves como las adicciones.

En este último aspecto, señalan que éstas no solo se reducen a las conocidas como drogas duras sino también a sustancias de las que hay percepción de riesgo como el alcohol, el tabaco y algunos medicamentos-, así como a las ludopatías, nuevas tecnologías, compras o sexo, entre otras.

Por ello, la presidenta de la Fundación ha señalado que los profesionales y voluntarios de esta entidad «queremos tender puentes hacia una vida más libre y responsable siendo agentes del cambio humano para el que no hay respuestas simples sino una lucha dura y comprometida». 

 

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