Tres cruceros, tres, dejaron ayer en Valencia a unas 4.000 personas. Muchos siguen sin querer darle la importancia que tiene para la ciudad; pero el caso es que ayer atracaron el “Aidavita”, el “Grand Celebration” y un tercero, el “Discovery”, que echó amarras en los nuevos muelles, que pasa por ser uno de los clásicos más elegantes del mundo de los cruceros británicos.
El hoy llamado “Discovery” fue construido en Nordseewerke, Alemania, en el año 1972, pero solo lleva ese nombre desde el año 2002. En principio se llamó “Island Venture”, pero posteriormente fue, hasta 1999, el “Island Princess”, nombre que le asocia al “Pacific Princess”, del que es gemelo, y a la serie de televisión “Vacaciones en el mar”. En efecto, la serie se rodaba habitualmente en estudios y con decorados. Pero cuando hacían falta imágenes reales y secuencias del buque en navegación, se usó al “Pacific”, que era el “actor principal” de la serie y a este “secundario” o “doble” que fue el “Island Princess”.
El Primero, el “Pacific” ha tenido muy poca suerte. Su casco se encuentra ya en Turquía, camino del desguace, después de haber pasado varios años abandonado en el puerto de Genova, donde un periodista italiano lo “descubrió”, gravemente deteriorado. Estuvo a punto de ser operativo como buque estrella de Quail Cruises (Happy Cruises) empresa que adquirió el barco manteniendo el nombre con el que Pullmantur lo había bautizado y explotado con el nombre “Pacific”. Incluso se habló de vender cruceros que tuvieran Valencia como base de partida. Pero el proyecto no llegó a ser realidad.
Todo es historia y la “Princesa del pacífico” espera su dulce final en los astilleros. De modo que el que queda a flote es su gemelo, llamado ahora “Discovery” y notablemente reformado y mejorado. La ventaja que posee tener 40 años de vida es su diseño general, que le permite más capacidad en los camarotes, habilitados ahora para 750 viajeros. Es cómodo, tiene todo cuanto necesita para el confort los turistas. Pero quizá los clientes que más lo frecuentan lo que más valoran de él, más incluso que sus piscinas, spas y centros deportivos, son su buena cocina y su más que razonable bodega.
Se diría que el “Discovery” es un crucero para enamorados de los cruceros. Es decir, personas, parejas mayores, que tienen menos prisa que los agitados turistas veraniegos, capaces de viajar en buques con 4,000 pasajeros y dos mil tripulantes. El “Discovery” es otra cosa, sin duda. Actualmente el buque es propiedad de la compañía Voyages of Discovery de Harwich, en Gran Bretaña, que ofrece viajes relajados a los clientes de habla inglesa, sobre todo americanos, canadienses y británicos.