Según explicaron ambas universidades en un comunicado conjunto, el trabajo desarrollado por los investigadores valencianos permite generar modelos fotorrealísticos en tres dimensiones de las pinturas rupestres, facilitando el estudio y las tareas de conservación de los arqueólogos.
Según Efe, el nuevo método ha sido aplicado ya en diferentes enclaves del arte rupestre levantino, como el Cingle de la Mola Remígia, la Cova Remígia y la Cova Saltadora, todas ellas situadas en el entorno del Parque Cultural de Valltorta-Gassulla, bajo la supervisión del profesor Valentín Villaverde, catedrático de Prehistoria y Arqueología de la UV.
«El sistema recopila una detallada documentación métrico-visual de calidad de los conjuntos pictóricos sin necesidad de mantener contacto directo sobre los motivos dibujados y el soporte«, explicó el investigador del Grupo de Investigación en Fotogrametría y Láser Escáner de la UPV José Luis Lerma.
Actualmente, «los arqueólogos analizan el estilo, la composición o los materiales abordando el análisis de las figuras en 2D. Pero hay que tener en cuenta que en los abrigos o cuevas hay muchos quiebros, grietas, cambios de plano… Eso supone un hándicap para su estudio», apuntó Lerma. «Ahora somos capaces de integrar los calcos de los arqueólogos sobre modelos fotorrealísticos 3D que ensalzan la representación gráfica del conjunto», destacó el profesor de la UPV.
El proceso para la obtención de los modelos 3D comprende «un levantamiento topográfico-fotogramétrico mediante láser escáner georreferenciado a partir de soluciones GNSS y captura fotográfica de todo el conjunto». En paralelo, los investigadores llevan a cabo una toma fotogramétrica de todos los motivos, paneles y abrigos para complementar las nubes de puntos.
«A partir de las nubes de puntos se generan los modelos 3D primero de conjunto y después de cada una de las figuras, y le damos color con técnicas fotogramétricas que permiten reproyectar los calcos sobre los modelos con un nivel de calidad difícilmente superable», añadió.
Al reproyectarlo, el arqueólogo ya lo está viendo en su «verdadera magnitud«, lo que facilita el estudio y análisis de las pinturas, con lo que el trabajo final, en lugar de acabar solo en un plano, vuelve a los arqueólogos en 3D.