El maquinista estaba hablando por teléfono con Renfe cuando el tren descarriló

Un nuevo detalle, ofrecido de manera oficial por las autoridades judiciales gallegas, ha añadido algo más de sombra y desasosiego al trágico accidente del tren que descarriló el pasado miércoles en las inmediaciones de Santiago de Compostela. El maquinista estaba hablando por teléfono en el momento del accidente con personal de Renfe, según ha informado este martes por la tarde un portavoz oficial del Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

Estos son algunos de los datos recuperados esta martes por la mañana de las cajas negras del tren Alvia, que son provisionales y están a espera del informe de la Policía Judicial, y que, según los cuales, segundos antes del siniestro, que ha provocado 79 muertes y más de 150 heridos, se activó un freno, por lo que se estima que en el momento de la salida de vía el tren circulaba a 153 kilómetros por hora.

Según la información recuperada, en los minutos previos al descarrilamiento, el conductor recibió una llamada en su teléfono profesional para indicarle el camino que tenía que seguir al llegar a Ferrol y, por el contenido de la conversación y por el ruido de fondo, «parece que el maquinista consulta un plano o algún documento similar en papel», señala el Tribunal Superior en un comunicado.

El vaciado de datos de las cajas negras del tren accidentado el pasado 24 de julio en Santiago ha concluido tras cinco horas de trabajo, un proceso en el que ha habido un ligero retraso por la práctica de una nueva diligencia.
El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Compostela, Luis Aláez, ha ordenado la realización de copias de seguridad del contenido de las cajas y para ello se ha contactado «por prevención» con el fabricante que ha remitido las instrucciones por escrito y en varios idiomas, han informado a Efe fuentes próximas a la investigación.
Se han extraído tanto datos técnicos como de voz, y se ha hecho una transcripción de las conversaciones en tiempo real, han señalado las mismas fuentes consultadas.

Los técnicos llegaron unos minutos antes de las diez de la mañana a la sede del juzgado de instrucción número tres de Santiago, que es el encargado de la investigación del accidente y abandonaron estas instalaciones sobre las tres. En un primer momento el juez se reunió con personal de la Policía Científica para definir los pasos a seguir para el volcado de la información de las cajas negras.

A continuación, el titular del juzgado número tres, la secretaria judicial y el fiscal se reunieron con policía científica, judicial, técnicos de Renfe, Adif y técnicos de la Comisión de Investigación del Ministerio de Fomento para analizar la forma en que se iba a acceder a la información y comprobar que todas las partes estaban de acuerdo.
Una vez recibidas las especificaciones técnicas de las cajas negras y de realizar una prueba se procedió al volcado de información de manera que quedase totalmente garantizada la integridad y fiabilidad del contenido.
Para ello, los datos fueron extraídos en un lápiz de memoria aportado por el juzgado y posteriormente se hicieron copias autentificadas con firma digital.

La información obtenida está encriptada y se pasa por un programa informático para proceder a su desencriptación, de modo que se pueda acceder a los datos. El juez ha decidido, además, autorizar a los técnicos de la Comisión de Investigación de Fomento a realizar mediciones de las ruedas de los vagones, siempre acompañados por policía judicial.

Los vagones y las máquinas se encuentran custodiados por la policía en una nave semidescubierta a unos veinte kilómetros de Santiago, en Padrón (A Coruña). Los vagones no se moverán hasta que se completen las inspecciones oculares y todavía está pendiente el acceso a pequeñas zonas cerradas por hierros que hay que cortar, apunta el Tribunal Superior, que señala que existe «la posibilidad de que se trasladen perros para realizar una última inspección de los restos». También está previsto realizar un estudio de la máquina y, por el momento, no ha sido citado para declarar ningún testigo.

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