Francia continúa su ofensiva militar contra Siria y ha lanzado nuevos bombardeos aéreos contra Raqqa, el bastión del Estado Islámico. Varias naves francesas han despegado de los Emiratos Árabes y de Jordania con destino a Siria y han puesto su punto de mira en un centro de mando y un centro de entrenamiento del grupo terrorista. Es la segunda noche de bombardeos pese a que ayer el ISI lanzó serias y contundentes amenazas y avisó de que los apoyos a los bombardeos aéreos de los franceses a Siria no quedarán impunes y nombraba como punto de posible ataque Washington. Mientras, Francia ante la alerta de posibles nuevos ataques terroristas, preparaba su estrategia militar. Durante la jornada de ayer, el presidente de la República Francesa, François Hollande, dejó claro que Francia estaba en guerra para acabar con el Estado Islámico.
También el primer ministro francés, Manuel Valls, quiso ser cauto, pero alertó de que la alarma continuaba y aseguraba, en declaraciones a la radio RTC, que los franceses han vivido y van a vivir la amenaza terrorista y que Francia no iba a quedarse de brazos cruzados. En este marco, también anunciaron que cerrarán todas las mezquitas en las que se predique el odio y que expulsarán del país a quienes lo promuevan a través de la religión.
Ante el cruce de amenazas y operaciones militares, los franceses intentan recuperar la normalidad, pero con el miedo aún en el cuerpo y atentos a cada paso y movimiento del Gobierno. Los parisinos tardarán en olvidar lo sucedido. Una masacre que ha dejado un balance de más de 130 muertos y 350 heridos. Una tragedia que ha conmocionado al mundo entero que tampoco baja la guardia ante las amenazas constantes de los yihadistas.
De momento, las investigaciones siguen su cauce y con todos los dispositivos movilizados que poco a poco ponen algo de luz a la autoría de los crímenes. En la mañana de ayer, se produjo la detención en Bruselas de Sala Abdeslam, de 26 años y sobre el que pesaba una orden de búsqueda internacional por su implicación en la tragedia del viernes, y sigue la atención puesta sobre Abdelhamid Abaaoud, condenado a cárcel en Bélgica y huído a Siria. También, las autoridades policiales siguen buscando a Abdaslam- Salah. La Policía francesa difundió su foto y pidió máxima colaboración a todos los países. Se trata de un joven belga de 26 años, de nacionalidad francesa, considerado muy peligroso. La última vez que se le vio fue el sábado por la mañana. El presunto terrorista fue parado e identificado por agentes franceses, cuando se disponía a abandonar en coche Francia en dirección a Bélgica tras tomar parte en los ataques de París. Pero, al no constar su nombre en el registro de radicalistas, las fuerzas de seguridad le dejaron marchar.
Ante la alarma toda precaución y actuación de las fuerzas de seguridad es poca. De hecho, se han incrementado las operaciones de seguridad, que se han extendido a otras ciudades. Hasta el momento, han tenido lugar más de 168 registros en distintos puntos de toda Francia. Bruselas y Francia mantienen el operativo conjunto en las investigaciones.