Francia contraataca bombardeando la capital del Estado Islámico. Francia reacciona militarmente ante la masacre de París y bombardea el bastión del Estado Islámico en Siria. Diez aviones de combate franceses han lanzado 20 bombas sobre Raqqa, al este de Siria. Estos bombardeos han destruido un centro de comandancia y un campo de entrenamiento yihadista. El primer objetivo destruido era utilizado por Daech (palabra que hace referencia al Estado Islámico) como un puesto de mando, centro de reclutamiento y depósito de armas y munición. El segundo objetivo ha sido el centro de entrenamiento terrorista, tal y como ha informado el Ministerio de Defensa francés en sus primeras informaciones.
Los primeros datos revelados por las televisiones apuntan que las naves han despegado desde bases en Jordania y los Emiratos Árabes Unidos, coordinadas con las fuerzas estadounidenses. La venganza francesa no ha sido una sorpresa. Durante la cumbre del G20, que ha empezado este mismo domingo en Turquía, pedían una respuesta armada contra los yihadistas y la cooperación entre Estados Unidos y Rusia. Tras los atentados y amenazas terroristas y declaraciones incitando a la lucha armada, los líderes occidentales hablaban de la necesidad de una intervención más eficaz en la guerra de Siria. Una conflicto en el que se enfrentan el ISIS, las milicias kurdas, el régimen de Bachar el Asad, milicias chiíes afines, iraníes y libaneses.
En plena cumbre y con la agenda marcada por los ataques terroristas en París y la conmoción internacional, el país galo ha dado su respuesta militar, de inmediato. Los más de 130 muertos y 300 heridos y las declaraciones del Estado Islámico, atribuyéndose la autoría de los atentados, han desatado el pánico y han precipìtado la decisión de atacar Raqqa. Las reacciones por parte de toda la comunidad internacional no se harán esperar, al igual que desde Siria, sumida en una sangrienta guerra con miles de muertos, refugiados y desplazados.
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