La lona que tapa un tesoro: los orígenes de Valencia

 

 

El Centro Arqueológico de L´Almoina ha vuelto a ser noticia estos días por la instalación de una lona en el luminario del museo. El grave problema no es la disposición de esta cubierta provisional sino los inconvenientes sufridos en el museo por las filtraciones de agua que estaban afectando a las piezas de la exposición que “se han tenido que retirar ante el riesgo de rotura”.

La cubierta de agua venía a tener lo que comúnmente llamamos goteras. En Valencia estamos muy acostumbrados a hacer las cosas muy ‘bonitas’ y ‘muy lustrosas’ pero no pensamos más allá. Desde un principio se proyectó el edificio para albergar un contenido muy valioso y preciado por los valencianos: los orígenes de la ciudad. Al arquitecto que se le encomendó está tarea ‘se le avisó’ que ‘el contenido del contenedor’ eran piezas arqueológicas de gran calibre y que el espacio expositivo tenía que estar adecuado para tal función: exhibir dichas obras. En el proyecto se ingenió el luminario por el cual desde fuera se podría apreciar el interior del museo y sus tesoros arquitectónicos.

Para hacer ‘sostenible’ el edificio se ideó que la vidriera debería estar cubierta del agua, ya que a través de ella se podría regular la temperatura del edificio y así hacer un ‘museo verde y autosostenible’. Pero con el tiempo, y eso que se inauguró en el 20 de diciembre del 2007,  este intento de hacer un museo limpio ha salido mal. La cubierta de agua tiene filtraciones y se tuvo que vaciar. Desde que se desaguó el luminario las temperaturas de su interior han elevado considerablemente e incluso algunas de las piezas, menores: como vasijas y otros enseres de nuestros antepasados, han tenido que ser trasladadas a almacenes para no ser dañadas

De visita por L `Almoina

Situado junto a la Catedral, el Centro Arqueológico de L´Almoina es un gran espacio subterráneo en el que se puede contemplar los orígenes de la ciudad. Restos de la Valencia romana, visigoda y árabe. Durante su discurso expositivo, que se hace por un camino guiado por pasarelas, se puede observar el trazado de las calles y pórticos de los inicios de ‘Valentia’ así como las termas, la necrópolis o los restos del antiguo Alcazar. La visita a este museo debería ser obligada. Pero no es así, es más para muchos valencianos L’ Almoina es una gran desconocida

Lo que nos sorprende es el poco personal con el que cuenta el museo, no sabemos si es porque estamos en agosto pero solo contamos tres personas y la falta de material, como trípticos y folletos explicativos (al comprar nuestra entrada tuvimos que pedir, amablemente, a la señorita de recepción que nos diera un cuadernillo, más bien cuartilla, con la información del centro). Algunas de las pantallas, donde se proyectan fabulosas reconstrucciones de los edificios así como recreaciones históricas, no estaban operativas y durante nuestro recorrido observamos, sorprendidos, como dos de los técnicos del museo bajaban, a la terma, a retirar una especie de ‘cazo’ donde estaban dejando caer el agua que aun procedía del polémico techo, pese a tener instalada la lona de la discordia. Detalles. La temperatura del edificio era agradable pero el ruido de los aparatos de aire acondicionado dificultaban la audición en cientos puntos del recorrido, especialmente en aquellos que quedaban ubicados próximos a las pantallas.

Durante nuestra visita al centro, apenas nos cruzamos con gente. Un matrimonio italiano, dos chicas italianas, un grupo de amigos italianos (será porque en Roma no tienen ruinas arquitectónicas) y un chico de Valencia, sorprendente. “Es la primera vez que vengo –comenta Adrián Gutiérrez- Tenía ganas de venir hace tiempo. Soy arquitecto, a raíz de la polémica por la instalación de la lona me ha interesado más visitar el museo. Estoy trabajando en un proyecto museístico y tengo una lista de ‘cosas que no se deben hacer’ y entre ellas está es una de esas ‘locuras’ que no se deben ni plantear. Así que me he animado a venir y verlo de primera mano”.

“La idea de crear un tragaluz no es mala, especialmente si se puede utilizar el sol como elemento integrador pero el problema aquí es que han querido utilizar otro componente, como el agua, que es algo muy difícil de controlar. Si hubiesen dejado el luminario sin agua a la altura del suelo, que la gente pudiera pisar encima, hubiese quedado más bonito, más integrador y sin problemas de filtraciones. Aquí – dice refiriendose a la ciudad- nos encanta integrar todo en uno: agua, luz, aire, mar…y luego salen goteras. Como el Ágora o el Reina Sofía, por darte más ejemplos”

Los turistas apenas visitan el centro

Tras la visita al museo salimos al exterior y observamos la lona. El Ayuntamiento comunicó que esta medida es provisional y que se subsanará cuanto antes. Pero, desde nuestro humilde punto de vista, también debería preocuparse en promocionar L’ Almoina. En los mapas que llevan los turistas aparece como uno de los puntos de recomendada visita pero muchos de ellos se acercan hasta su puerta y no acceden a su interior. ¿Cómo van a visitar los turistas un centro que ni los propios valencianos valoramos?

“Ahora, con toda la polémica de la lona, parece que esta otra vez en boga. Durante esta última semana si que han visitado el centro arqueológico más valencianos y turistas nacionales pero la verdad es que no es un museo muy transitado” nos comenta un camarero de un restaurante cercano. “Muchos de los extranjeros lo ven por fuera, les llama la atención ver la estructura sin agua y con vallas de obra alrededor, miran entre el cristal y se van. No les resulta curioso”. 

Un museo poco llamativo y con goteras. Cuando realmente debería ser reconocido por ser los orígenes de la ciudad de Valencia. Es paradójico que ahora, con todo el tema de la instalación de la lona, la gente se interese y acuda a visitarlo. Esperamos que esta ‘reciente popularidad adquirida’ se transforme en un mayor número de visitantes que puedan apreciar las raíces de nuestra urbe.

El Centro Arqueológico de L´Almoina debería ser valorado y respetado, principalmente por los propios valencianos. ‘La lona de la vergüenza’ debería ser considerada un antes y un después en la historia, pero esta vez la del museo de la historia y creación de la ciudad; un museo olvidado. 

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