Los grandes incendios arrasaron la Comunitat

 

Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura también presentan una notable incidencia de grandes incendios, con un porcentaje de superficie quemada superior a la media nacional. Por encima de esta media española se situaron Canarias (95,6 %), Cataluña (86,4), Comunitat Valenciana (84,1 %) y Aragón (73,4 %).

Por debajo de la esa media destacan País Vasco (6,74 %), Cantabria (4,1 %) y Asturias con el 9,35 %. Un caso especial es el de La Rioja, que no sufrió ni un Gran Incendio Forestal.

Un 55 % de los incendios forestales entre 2001-2010 fueron intencionados, pero sólo en el 1,5 % de estos casos se identificó a sus causantes, según WWF.

Este 1,5 % asciende a un 9 % si se suman todos los sucesos debidos al factor humano, intencionados o no, unas cifras que en opinión de la organización ecologista reflejan la impunidad que aún continua presente en este tipo de sucesos.

La aplicación del Código Penal contribuiría a «disuadir» a los culpables, ha manifestado el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, quien apuesta por mejorar la eficiencia en la investigación de las causas y en la aplicación efectiva de las condenas a los culpables.

WWF, en colaboración con la Fundación AXA, han presentado hoy su nuevo informe «Bosques vulnerables a grandes incendios», en el que se desprende que la incidencia de los grandes incendios depende de los modelos de gestión y de la falta de prevención, no de las especies forestales en sí.

Al respecto, Del Olmo ha indicado que el 87 % de la superficie forestal carece de planes de gestión.

Pese a que el aumento de la eficacia de los medios de extinción ha logrado reducir la media anual de superficie afectada por el fuego, el origen del problema continua siendo el alto número de siniestros, con una media anual de 16.500.

En 2012, el 0,2 % de los grandes incendios forestales (de más de 500 hectáreas) ardió el 64 % de la superficie forestal.

Aunque apenas suponen el 0,2 % del total, queman anualmente de media en España el 41 % de la superficie.

A este respecto Del Olmo ha matizado que entre 1993 y 2002 en cada gran incendio (GIF) ardieron una media de 1.435 hectáreas, cifra que en los últimos años se ha incrementado en un 45 % respecto al periodo 1992-2001 y en un 83 % respecto a los años comprendidos entre 2002-2011.

Para la organización ecologista, el riesgo de sufrir un GIF está relacionado con la orografía y las condiciones meteorológicas, pero también con la cantidad de combustible presente en los montes.

El abandono del medio rural y el cese de las actividades forestales, así como la ausencia de planificación -sólo el 13,1 % de la superficie forestal nacional cuenta con planes de gestión- , la climatología adversa y la orografía han convertido los montes en «un polvorín».

«Los incendios no son un maleficio, si se cuantifican e identifican los puntos de alto riesgo del territorio español, la superficie quemada se podría reducir en un 50 %», ha añadido del Olmo.

El secretario de WWF ha pedido al Gobierno «no bajar la guardia» en reducir la inversión en extinción y ha insistido en multiplicar las cantidades que se designan para la prevención, además de exigir más transparencia las CCAA en sus planes de actuación.

Entre 2011 y 2012, se destinaron 9 millones de euros en prevención, lo que supone una reducción del 76 % respecto a lo invertido en 2008 y 2009, mientras que los presupuestos dedicados a la extinción se han mantenido más o menos constantes.

El informe ha analizado la superficie afectada por incendios por especies y el resultado es que el 58 % de la superficie afectada por incendios corresponde a masas de coníferas, que sólo ocupan el 32 % de la superficie forestal total. 
 

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