Las obras del polideportivo de Nou Moles, en la explanada del antiguo pabellón Marcol, están paralizadas. En septiembre VLC News dio cuenta de esta situación que se viene prolongando en el tiempo y la desesperación a la que ya habían llegado los residentes. Especialmente por los problemas de estacionamiento y tráfico generados en la zona.
La falta de actuación para acometer las instalaciones previstas en el planeamiento es una gran piedra en el zapato de Nou Moles. Pero que se mantenga vallado el espacio destinado a ello todavía lo es más puesto que se han reducido las plazas de parking para vehículos de forma abrupta derivando en dobles y triples filas en calzadas contiguas reduciendo la visibilidad para peatones y conductores y produciéndose más de un susto a diario.
Es más, se reorientó la circulación de vehículos y se taparon señales contradictorias y se eliminó un paso de cebra. Borrado parcialmente, en realidad. Pero las costumbres de los viandantes siguen siendo las mismas, especialmente en el caso de las personas mayores, que siguen usando el punto como paso indebidamente agravando los problemas, roces y amagos de atropellos. Justo enfrente del solar vallado donde está previsto el polideportivo hay un centro municipal para personas mayores lo cual es «un auténtico peligro y parece que aquí nadie hará nada hasta que no se produzca una desgracia de verdad», apuntaron desde la asociación de vecinos del barrio.
Este miércoles el concejal socialista Salvador Broseta tildó de «tomadura de pelo» el hecho de que las obras del polideportivo continúen paralizadas. Ya son cuatro años de retraso, la alcaldesa, Rita Barberá, puso la primera piedra en marzo de 2011. Desde entonces, recordó el edil del PSPV, las obras se han parado «dos veces» pese a que «el PP se comprometió a inaugurar este polideportivo en 18 meses». Las tareas se reanudaron en junio hasta diciembre de 2012, resurgiendo la esperanza vecinal que ahora vuelve a estar perdida.
Los socialistas piden al Consistorio que exija a la Generalitat que cumpla con el proyecto, mientras los vecinos siguen estudiando emprender reivindicaciones en la calle echando mano de las redes sociales para conseguir «hacer mucho rudio y ser lo más multitudinarias posible».