El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se ha mostrado se ha muestra partidario de una reforma constitucional dialogada y partiendo de posiciones abiertas que acabe con las desigualdades entre las diferentes comunidades autónomas (CCAA). El Jefe del Consell cree que el modelo que propone el Partido Popular es «una España imposible», porque no se puede llevar a cabo «una política de no cambiar nada». Puig es partidario de reconocer las singularidades para no acabar en una «España fracasada». Estas declaraciones la ha realizado el presidente en el ciclo de tertulias de verano organizado por el Ayuntamiento de Es Mercadal, en Menorca.
Puig, acompañado de la presidenta del Gobierno balear, Francina Armengol, ha añadido que «no es posible que haya dos CCAA, como las que representamos la presidenta Francina Armengol y yo, que estén claramente infrafinanciadas». Según Puig, esta situación acaba teniendo consecuencias, como la bajada de la renta per cápita de los ciudadanos, además de considerar que se deben atender a las nuevas realidades que se presentan para poder superar así la crisis política, la social, la económica y la territorial.
Sobre el proceso independentista catalán, el presidente valenciano ha asegurado que «desde el Consell, no avalamos un proyecto político que sean los Países catalanes», además de recordar que por parte de la Generalitat no hay comunidad política entre valencianos y catalanes. Aunque ha matizado que con Cataluña «hay relaciones de tipo cultural y también de tipo económico», incluso de fraternidad. Además, según señala Puig, las relaciones económicas con esta comunidad son muy importantes porque «a quien más le compramos, es a Cataluña, y a quien más vendemos, es a ellos también». Ximo Puig ha recordado que entre ambas comunidades existen proyectos fundamentales, entre ellos el Corredor Mediterráneo, por lo que «es absurdo mantenerse de espaldas a la realidad, sin comunicación y sin sumar esfuerzos con Cataluña»