La unidad del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) ha sacrificado en Port Saplaya al tiburón de casi dos metros que, desorientado y al parecer enfermo, asustó el pasado fin de semana a los bañistas que disfrutaban de un día de playa en Alboraya.
Se trataba de una tintorera, un escualo sin apenas dientes que se alimenta de moluscos y pequeños peces, muy común en aguas del Mediterráneo y de la Comunitat y prácticamente inofensivo para la raza humana. “En condiciones normales no ataca, en todo caso huye, y en casos excepcionales si ha habido una mordedura es porque se ha topado fortuitamente con un bañista y se ha asustado”, ha informado Luís Crespo, veterinario de L’Oceanogràfic de Valencia.
A pesar de su pacífico carácter frente a los humanos se prohibió la entrada en el agua a los turistas que se acercaron a la playa para observar al moribundo animal que flotaba en la superficie con un estado grave de salud.
Los veterinarios de L’Oceanofràfic y el SEPRONA, tras intentar curarle mediante alimentos y no obtener los resultados esperados, decidieron trasladar al escualo a una zona más tranquila atándole la cola con una cuerda que permitiese remolcarlo en un bote. Allí, alejados de los bañistas y turistas, le administraron una inyección mortal que acabó con el sufrimiento del enfermo tiburón.