Santo Cáliz: Valencia 1 – León 0

El Santo Cáliz de Valencia “bien pudo estar en la mesa de la Santa Cena y ser la que Jesucristo utilizó”. Esto dijo el arqueólogo y profesor Antonio Beltrán allá por la década de los 60, el primer estudioso que tuvo oportunidad de desmontar, manipular y estudiar la pieza, a petición del arzobispo de la ciudad don Marcelino Olaechea. El mismo experto que detectó “sorprendentes analogías arqueológicas” entre el cáliz de Doña Urraca, en León, y el Santo Grial.

Ahora resulta que cuando el mundo lleva 2.000 años preguntándose acerca de la autenticidad de cualquiera de ellos, así como de los alrededor de 200 que se han catalogado en Europa, todas las dudas parecen haber sido despejadas, a juzgar por el número de titulares de la prensa nacional e internacional en las últimas dos semanas: está en León…

Puestos a seguir en la dinámica humana de preguntarnos cosas, por qué no reparar en qué relación guardará este Caliz de Doña Urraca.revelador descubrimiento con la puesta a la venta este lunes, 7 de abril, del libro «Los reyes del Grial», de Margarita Torres, medievalista y profesora de la Universidad de León, y José Miguel Ortega, historiador del Arte.

El hecho es que el cáliz de Doña Urraca, como cualquier otro, no tiene por qué ser el que Jesús compartió con sus Apóstoles en la Última Cena, siempre y cuando el Vaticano no lo declare como tal o simplemente no le prive de su condición de reliquia. No obstante, no huelga apuntar que el Papa Benedicto XVI aprovechó su visita a Valencia en el Encuentro Mundial de las Familias de 2006 para venerar la copa sita en la Seo de Santa María y llevarla consigo para oficiar su multitudinaria misa. Remárquese el inciso, el de la capital del Turia y no otro…

Los autores del citado libro afirman que están en condiciones de demostrar que el cáliz de León es el que  «la comunidad cristiana de Jerusalén en el siglo XI consideraba que era el cáliz de Cristo», el de la basílica de San Isidoro. Y dicen que lo pueden hacer «científicamente».

«Habrá que analizar y leer detenidamente cuáles son esas pruebas y exactamente qué dicen», plantea el presidente del Centro Español de Sindología y profesor de la Universidad de Valencia, Jorge Manuel Rodríguez, a quien ha entrevistado VLC News para la ocasión. Sin embargo, y a priori, ya hay algunas cuestiones clave que pueden desmontar el protagonismo que el cáliz de Doña Urraca está cosechando en pro del valenciano.

Más allá de si se le ha aplicado o no la prueba del carbono 14 a la pieza, como se ha oído y lo cual suscita infinitas dudas, puesto que no se puede aplicar a «algo que no ha tenido vida», Rodríguez apunta otros matices importantes. Los documentos (pergaminos egipcios) con los que cuentan los investigadores de León datan del siglo XI y hablan del cáliz que acabó en manos de los musulmanes tras el saqueo de la iglesia del Santo Sepulcro.

Pasó a manos de la taifa de Denia, ésta lo regaló a Fernando I de León y finalmente acabó en manos de su hija, Doña Urraca, hasta construir la basílica de San Isidoro de León y quedar allí para siempre. Con todo, que estuviera ubicado en el templo del Santo Sepulcro de Jerusalén -ubicación que Rodríguez no discute- no demuestra la autenticidad del cáliz.

Según la Historia, tras los sucesos acontecidos tras la Última Cena, la primera comunidad cristiana conservó y envió a Cáliz de Valencia.Roma el verdadero Santo Cáliz. Los primeros Papas, de hecho, hacían uso de él y en el texto de la liturgia, en el momento de la consagración, decían: «tomando de este glorioso cáliz».

Esta frase es decisiva y así se desprendió del I Congreso Internacional del Santo Cáliz que tuvo lugar en Valencia en 2008. Quedó claro en los análisis y la puesta en común de los expertos reunidos que esta fórmula dista de la consagración propia oriental que habla de que Cristo «tomó la copa con el vino», dando autenticidad sólo a la que Roma protegía en la primera mitad del siglo III.

Durante el Papado de Sixto II el cristianismo sufrió una feroz persecución y el Santo Padre delegó en el diácono Lorenzo salvar el Santo Cáliz. Recaló en  San Juan de la Peña durante siglos y con la Reconquista del Reino de Valencia fue traído a la ciudad.

Otra cuestión, el cáliz debe estar pulido con mirra (la naturaleza porosa era considerada impura). Así, la antigüedad, el tipo de piedra y el pulido son requisitos necesarios para la pascua judía y a tener en cuenta para concluir una u otra valoración. Aunque, sin duda, ambos, el leonés y el valenciano, son de procedencia oriental, matiza Rodríguez.

Para blindar la proximidad a esa autenticidad del Santo Cáliz de Valencia, el Ayuntamiento de Valencia ha solicitado a la UNESCO que sea declarado Patrimonio de la Humanidad. Y el presidente del Centro Español de Sindología hace una reflexión al respecto: más que ese reconocimiento en  busca de una acreditación religiosa a la cuestión, no porque sea una reliquia, es merecido «un reconocimiento cultural porque nuestro cáliz tiene una importancia literaria incuestionable. Toda la literatura épica medieval, los libros de caballerías y hasta Indiana Jones y el Señor de los Anillos parten de la existencia de nuestra copa». 

Sea como fuere, algo es claro hoy: la coincidencia de la polémica con la salida al mercado de «Los reyes del Grial» recuerda y mucho a la rentabilidad que supuso en la Edad Media la fabricación de reliquias. Con o sin grial, con o sin reconocimiento religioso o cultural, no hemos debido de cambiar tanto.

Capilla del Santo Cáliz de Valencia.

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