La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha solicitado este jueves a la Generalitat que se desbloquee la situación en la que está el aparcamiento de la Plaza Ciudad de Brujas, junto al Mercado Central, y así hacer posible su licitación, adjudicación y puesta en marcha ya que se trata de una instalación “que hace falta”.
Barberá ha descartado aceptar salidas como que «el Ayuntamiento asuma algo con la deuda» que la administración autonómica tiene con la local, en alusión a la cantidad económica que el Consell reclama por la construcción de parking.
La primera edil ha realizado estas declaraciones tras asistir a la presentación de la campaña de sensibilización ambiental ‘¿Dónde te lo dejo?’, preguntada por la manifestación que el pasado lunes celebraron vendedores del Mercado Central junto a otros comerciantes de la zona, clientes y vecinos para reclamar a la Generalitat la puesta en marcha del aparcamiento y «una solución ya» que la haga posible.
«Me preocupa lógicamente que tengamos una instalación tan importante como es un aparcamiento que hace tanta falta» parada, así como que «no se llegue al encuentro necesario para abrirlo» cuando es «tremendamente importante», ha señalado Barberá, que ha confiado en que se pueda alcanzar ese consenso.
DOS POSTURAS ENFRENTADAS POR TEMA ECONÓMICO
El principal problema del aparcamiento de Brujas es económico, concretamente 11 millones de euros. La conselleria de Infraestructuras quiere recuperar ese dinero que costó la obra del aparcamiento, a través de un canon que se cobrará al gestor. El Ayuntamiento, que ha anunciado que licitará la obra nuevamente, quiere rebajar el canon para hacer atractivo el contrato a las empresas, que además tendrán que asumir el rescate del aparcamiento de Parcent, la urbanización de la plaza de Brujas y terminar de acondicionar el aparcamiento, donde faltan las rampas de acceso y la conexión con el mercado Central.
Hace dos días varios centenares de vendedores del Mercado Central se manifestaron por el bloqueo del aparcamiento. Los manifestantes llegaron hasta las puertas del Palau de la Generalitat para mostrar su enfado después de siete años sufriendo las obras de la estación del metro y aparcamiento de la plaza de Brujas, ambas inacabadas.