Ximo Puig es el secretario general de los socialistas valencianos, y artífice de su pacificación interna. Ximo Puig es responsable de Reformas Democráticas en la ejecutiva federal del PSOE. Por el primero de sus dos cargos puede aspirar a ser presidente de la Generalitat Valenciana. De hecho es candidato a ello. Por el segundo se puede plantear llegar a ministro de Gran Coalición del Gobierno de España.
Ximo Puig no es ningún crío. No tiene por tanto tiempo que perder. Y la irrupción de Podemos en la Comunidad puede complicarle mucho la vida aquí. El Tripartit Clàssic, al que ya tenía hecha la idea, puede ahora no ser suficiente para desbancar al PP. ¿Y Podemos querría pactar con el PSPV, que es casta, y con Puig, que no tiene menos de 40 años? ¿Y Mònica Oltra, en Compromís o no, va a subordinarse siempre a Puig en el Consell? ¿E Ignacio Blanco no preferirá pactar un Tripartit Nou con Podemos y Compromís?
Por eso no es nada descartable que, tras las Autonómicas, y en función de sus resultados (que pueden también pasar por hacer necesario una gran coalición en la que el presidente sería Fabra y no él) Puig se las avíe para entrar en el gobierno central de la mano de Susana Díaz, con quien estableció el pacto -previo al advenimiento de Pedro Sánchez- vigente en la actualidad entre las dos federaciones socialistas más nutridas de España.