Acuerdos y desacuerdos

Resulta imposible sustraerse a la sensación de deriva que se transmite desde el Valencia. Solo la esperanza de confiar en un futuro mejor que el actual, algo que no es difícil, y la seguridad de saber que el club de Mestalla está dotado por naturaleza de una resistencia proverbial que le permite recuperarse de cualquier crisis, por enorme que sea, y superar los escollos que se le pongan por delante alivia el trance actual. El valencianismo anda desorientado, confundido y desconfía de casi todo, empezando por su propio equipo, demasiado vulnerable, que anda por una zona indefinida, no es carne ni tampoco pescado.