Nos lo habían robado

La explosión de júbilo pasadas las once y media de la noche en una velada primaveral en la capital del Turia vino a simbolizar una liberación total, el éxtasis de un pueblo adormecido durante años. El Valencia se metió en las semifinales de una competición continental, y lo hizo con solera y brillantez, sí, pero también con sufrimiento y esfuerzo inagotable.