El Gordo de Navidad ya no es lo que era

La compra de Lotería para el Sorteo Extraordinario del 22 de diciembre es, hoy en día, más una costumbre que la ilusión de convertirse en el más rico del lugar ya que, la historia demuestra que los premios han menguado mucho. No obstante, para la mayoría de los mortales, a partir del mediodía del citado 22, es el momento de: “salud que tengamos” –claro para los que no han cogido ni un pellizquito de nada-.

La Lotería de Navidad lleva repartiendo premios desde 1812 -año marcado por la guerra contra las tropas napoleónicas y el entusiasmo de la Constitución liberal de ‘la Pepa’. Han pasado muchos años desde entonces.

Pero no solo los tiempos cambian. También el precio de los tiempos. Y la moneda. El Gordo repartió ilusiones en reales, reales de vellón, escudos, pesetas y euros. En dos largos siglos la cuantía de los premios, el coste de la vida, el valor de la moneda, los salarios, etc., han variado tanto que resultar premiado en una década u otra supone una más que ligera diferencia: de comprarte una manzana (de edificios) a permitirte adquirir una sola vivienda.

Con esa premisa, ¿cuál es el valor real del Gordo ahora y cuánto era antes?. Pongamos algunos ejemplos de la evolución (o involución) del premio del sorteo:

El primer décimo en 1812 costaba 40 reales (10 pesetas; 0,06 euros). En 1870, el boleto costaba ya 0,30? y el premio alcanzaba las 150.000 pesetas, lo que convertido en euros actuales significaría unos 900. En la época esta cantidad daba para hacerse con bastantes posesiones. Pero, en la actualidad, todos sabemos lo que se puede adquirir hoy en día con 900 euros.

La Lotería de Navidad alcanzaría la cumbre de la generosidad en el siglo XX, en las décadas veinte y cuarenta. En 1920 comprar un décimo que costaba 0,60 euros podía significar que al agraciado le cayese una suma astronómica que le hacía rico.

Esto ya no se ha vuelto a repetir. Si uno es agraciado con el Gordo en estos momentos ya puede despedirse de ser rico o decir adiós a eso de comprarse edificios enteros. Basta mirar los 400.000 euros actuales del Gordo que se sortea el 22 de diciembre y echar un vistazo al precio de la vivienda actual. Y eso que el precio de las casas no deja de rodar cuesta abajo.

En estos tiempos de crisis, el premio Gordo puede que no sirva para ser rico, pero si nos toca, seguro que nos da un ataque de alegría y ese dinero se utiliza para aliviar cargas. Lo que está claro es que las Navidades 2014-2015 serán recordadas.

Cabe recordar que en la lotería de Navidad perder es lo fácil: hay un 86 por ciento de probabilidades de que ‘no toque nada’ y solo un 0,00001% de ganar el Gordo, por lo que no sirven ni los números bonitos, ni las estampitas, ni los trucos.

Esta lotería es de las peores en cuanto a posibilidades de ganar dinero, pero se compensa con la ilusión del premio gordo de 400.000 euros.

Todas las bolas del bombo son iguales y cualquier número tiene las mismas posibilidades de salir, así que la probabilidad de llevarse el Gordo es todavía más remota, de 1 entre 100.000(0,00001%).

«La suerte está echada». Ahora toca a esperar a que llegue el lunes.

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