El Valencia CF, aparte de un gran equipo de fútbol, es un sentimiento que amamos millones de personas en todo el mundo y que no se puede vender a cualquier impostor o buitre. Voy más allá:el que quiera comprar el club debe saber que aquí no se viene a ganar un dineral, sino a sentir los colores blanquinegros y a ayudar a un equipo con problemas financieros.
Si, impostor, buitre o como ustedes quieran llamarle. El fondo inversor que desee comprar o hacer negocio con el Valencia debe mirar por el bien del club. Cada semana que pasa, la situación cambia a una velocidad de vértigo. Y francamente, todas las ‘noticias’ que se oyen ya empiezan a cansar; hay ganas de que todo esto cambie y llegue la normalidad de una vez por todas.
Empezemos desde el principio: desde que entró Amadeo Salvo como presidente del Valencia CF, allá por el mes de junio, el banco supuestamente ha recibido un total de tres ofertas diferentes de fondos de inversión. Y ninguna ha convencido porque ninguna ha llegado a ofrecer una cantidad digna: no estamos para regalar nada.
La situación, no obstante, está tan enmarañada que yo no me atrevería a tocar nada: el propio Salvo está más centrado en el tema societario que en el deportivo -se está notando- y ha tratado de mantener contactos con inversores e interesados. El proyecto ‘GloVal’ está encaminado a atraerlos y hacer más atractiva la entidad. Pequeñas mejorías que se han introducido pero que, por motivos obvios, no son suficientes.
Pero tanto Bankia como la Generalitat buscan un inversor que quiera hacerse cargo de toda deuda y no pida descuentos, independientemente de lo que quiera Salvo. Mientras, la Fundación se niega a vender y teme miedo de que venga algún inversor poco fiable. No será tan mal negocio a la larga el Valencia CF, cuando el interés crece conforme pasan los meses.
Venga el que venga tendrá mi apoyo, pero como ya dije hace tiempo, me fío más del presidente Salvo que de cualquier banquero o político.