La imagen del morbo, finalmente, no se produjo. El presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, no coincidió con Amadeo Salvo en el palco del Estadio Antonio Puchades de Paterna. La ausencia del presidente del club evitó una foto muy esperada y que hubiese contado con muchísimas lecturas.
El político, como presidente del Olimpic de Xàtiva, acudió a Paterna con alguno de los directivos del conjunto setabense, y se sentó junto al delegado social del equipo, Salvador Gomar, en el palco de autoridades. Luis Cervera, director general del Valencia, hizo acto de presencia en el estadio una vez arrancado el encuentro. Rus vivió una plácida tarde gracias a la demoledora efectividad de su equipo a balón parado, y se fumó uno de sus habituales puros para celebrar el buen resultado obtenido por los de Toni Aparicio.
Cabe recordar que el presidente de la Diputación se ofreció hace unos días, de forma más o menos directa, como una figura candidata a la presidencia del Valencia: «Si me hacen alguna propuesta y veo que es seria lo estudiaré. En contacto conmigo se ponen siempre porque como saben que me gustaría, viene mucha gente», comentó.
Unas palabras que levantaron cierta polvareda y recelo dentro del actual consejo de administración. Quizá consciente de que acaparaba todas las miradas, Alfonso Rus evitó pronunciarse ante los medios presentes en el Antonio Puchades, tanto públicamente como a nivel privado, sobre este tema o cualquiera que no tuviese relación estricta con el partido de ‘su’ Olìmpic de Xàtiva.
LA SECRETARÍA TÉCNICA VIVIÓ LA DERROTA DEL FILIAL
Otros de los integrantes destacados de la tribuna del estadio fueron los jugadores del Juvenil A entrenado por Rubén Baraja, que partieron tras el partido en autobús rumbo a Cartagena, donde disputan este domingo por la mañana un compromiso muy duro ante el conjunto local.
Como es habitual desde que aterrizaron en el club, los dos colaboradores más estrechos de Rufete, Fabián Ayala y Joan Salvans, quisieron presenciar en vivo y en directo el partido disputado por los hombres de Nico Estévez. Ambos mostraron rostro serio debido a las escasas opciones que tuvo el filial ante el Olímpic. Ambos trabajan contrarreloj para, una vez cerrada la llegada de Vargas, tratar de complacer a Pizzi con una plantilla a su medida.