Alcácer, estàs per a cedir

Francisco Alcácer García, natural de Torrent y a punto de estrenar veintena primaveral, es para muchos valencianistas la promesa más inmediata de Paterna. El delantero centro valenciano, jugador de referencia en el área y con un desmarque notable, ha tenido que superar diferentes desventuras y quemar etapas para ganarse una ficha en la primera plantilla del Valencia, la última parada de su tren.

Repasando números, Paco debutó oficialmente el 14 de enero del año pasado en Mestalla frente a la Real Sociedad (0-1, gol de Griezmann), tras sustituir a un lesionado Feghouli -monumental mosqueo del Tino mediante, que se quedaría sin jugar-, disputando 35 minutos, con una actuación discreta y gris, como el resto del equipo en aquel partido. Y hasta ahí, esos son los famélicos números con la primera zamarra blanquinegra hasta el día de hoy.

El verano pasado, en un caluroso 8 de agosto, el calmoso y descafeinado Mauricio Pellegrino protagonizó uno de esos arranques populistas y espetó en rueda de prensa que «Alcácer va a permanecer en el equipo, aun llegando otro delantero». Minuto de satisfacción para la plebe valencianista, al fin darían cancha a un producto de la casa. 6 días después llegó de gélidas tierras el guaraní Nelson Valdez -el anotador postrero- para engordar el listín de atacantes y se vería abocado a buscarse las habichuelas allende la capital del Turia.

En una cesión apellidada de prometedora, por condiciones, el torrentí no logró en ningún momento imponerse a su competencia y darle motivos a un receptivo Luis García para ser el nueve azulón. Resultado; 20 partidos a una media de 34 minutos, 3 goles y 1 asistencia. Por ende, año infructífero en cuanto a guarismos individuales, no tanto en crecimiento personal. Valoración concluyente: futbolista todavía en ciernes, alejado del ritmo y exigencia de primera división y de dudosa aptitud para ofrecer rendimiento en un club élite como el Valencia CF.

Regresamos al escenario estival de 2.013, y se reproduce un calco secuencial de la pretemporada anterior; primeramente, presidente y entrenador de la mano le aseguran confianza plena al canterano -nombrado sustituto natural del amortizado Valdez-, para posteriormente irrumpir Miroslav con un discurso menos halagüeño para sus intereses y recomendando -que no exigiendo- un delantero más, «Soldado y Alcácer son poco». Verticalidad balcánica, primer aviso.

Tras la marcha de Soldado a la mejor liga del mundo llega el luso Postiga, un ariete nato, su binomio competidor, con quien verdaderamente se jugaría los cuartos a partir de entonces para entrar en el once. El míster, tras más de un mes y minutos suficientes valorando a Paco, y no sugestionado por la afición ni por nadie, otorga el importante puesto de ‘9’ a Hélder en el primer envite con puntos de por medio, concediéndole la plenitud de minutos. Segundo aviso.

Y llega la siguiente jornada liguera, tras la consumación del refuerzo para la delantera -sí, delantero- del colombiano Dorlan Pabón, cuando Djuka toma la decisión de no llevarse a Barcelona a Alcácer. Se olvida del valenciano sin todavía aterrizar el fichaje caro, la apuesta de la dirección deportiva esta temporada. Tercer aviso, sin cortapisas.

Todo nos conduce a que por mucha actitud que destile y masa social que arrastre el ’16’, quizá no está preparado, no ha cruzado aún el umbral necesario para luchar de tú a tú por un puesto en este equipo. Tres entrenadores han comulgado con ello.

Podemos tirar de videoteca y desempolvar destacables actuaciones con la ‘Rojita’, que ahí están y le quiten lo bailao, para reclamar su sitio, pero la cruda realidad, la que determina su futuro, es que no ha tirado la puerta abajo, no ha destapado el tarro de las esencias, no ha puesto en entredicho su suplencia el otro día, en definitiva, todavía no nos ha transmitido ese delantero de la talla que exige, merece y necesita el cortoplacismo valencianista. Podemos disfrazarlo de ADN terreta, el eslabón de Paterna o como se quiera, pero que está en fase mediata lo sabe cualquiera que no se declare ultrafan del torrentí.

Era partidario de mantenerlo en plantilla esta temporada, siempre y cuando la nómina de atacantes le brindase suficientes minutos para seguir evolucionando, pero hay overbooking ofensivo -aunque en realidad, nueves puros solo dos con él-, y el técnico ha mandado recados agoreros sobre su rol, a priori, residual. Si no quiere ser carne de banquillo/grada, preso de la desilusión, debería buscar acomodo de manera responsable y coherente, es decir, bajar cuantos escalones hagan falta para garantizarse protagonismo y no cercenar su progresión. Es la ley del fútbol.

Paco, si no estás para jugar, estàs per a cedir. Piénsalo.

 

Mario Selma (@VCF_Blog)

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