El Valencia busca la manera de que Rami no vuelva a ponerse su camiseta

Ha sido el primero de los muchos pasos que deben darse para que el futbolista sea penalizado como el club considera oportuno. En la reunión celebrada esta tarde en las oficinas de la entidad, el técnico Miroslav Djukic ha explicado con pelos y señales lo ocurrido en Granada, las declaraciones del futbolista a un medio de comunicación y su comportamiento en los últimos días. Sus interlocutores eran el presidente del club, Amadeo Salvo; el director general Luis Cervera; el director de comunicación, Damiá Vidagany; y representantes del gabinete jurídico del Valencia.

En el club creen que las palabras de Rami, tildando de «pelotas» a sus compañeros y destapando públicamente su mala relación con Djukic, pueden ser tipificadas como muy graves según el supuesto 5.11 del Reglamento General de Régimen Disciplinario  de la AFE: «Declaraciones injuriosas o maliciosas, que excedan del derecho a la libertad de expresión o al ejercicio de la crítica, dirigidas contra el club, sus directivos, técnicos y jugadores».

El míster ya ha dado su explicación. El siguiente paso es que Rami haga lo propio. Al jugador y a su representante -a fecha de hoy, su hermana ejerce como tal- se le espera a lo largo de la mañana en las oficinas de la entidad para dar su versión de los hechos. Rami no acudirá a Mestalla a ejercitarse a las diez y media de la mañana como el resto de sus compañeros. Después de que Salvo, Cervera y los abogados escuchen al jugador, se elaborará un informe que se incluirá en el expediente abierto al jugador.

La multa máxima por un hecho de esta gravedad, según el anterior reglamento, es inferior a los 8.900 euros, ‘pecata minuta’ para un jugador que cobra un millón de euros limpios por temporada. Rami está a fecha de hoy suspendido de empleo y sueldo de forma indefinida. Sin embargo, esta circunstancia puede cambiar o modificarse con el paso de los días dependiendo de los límites legales con los que se topen los servicios jurídicos del club a la hora de encontrar la sanción adecuada para el francés.

Miroslav Djukic tiene clara su postura. Si del técnico dependiera, Rami jamás volvería a vestir la camiseta del Valencia. Ni siquiera en los entrenamientos. Djukic lo quiere fuera del vestuario al considerarlo un elemento pernicioso para el ambiente del grupo. En el club respaldan al entrenador y comparten su visión, pero la ley es la ley. Las soluciones pasan por entrenamientos al margen del grupo o en horarios distintos, además de la lógica ausencia de convocatorias hasta que el galo se marche en el mercado invernal o bien se rescinda su vinculación contractual con el Valencia.

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