‘A perro flaco todo son pulgas’, frase que se puede aplicar ahora mismo a la situación tan delicada que vive el Valencia CF en relación a sus defensas centrales. Posición del equipo a la que a estas horas todavía sigue perteneciendo el francés Adil Rami, de ‘vacaciones’ por Milán con permiso indefinido de la entidad que todavía le paga, discutiendo su futuro contrato con el club ‘rossonero’ tras pasar satisfactoriamente las pruebas médicas a las que fue sometido el pasado sábado.
Como indicaron ayer los compañeros de la Cadena Ser, el central galo ya tendría sobre la mesa una propuesta salarial con unas cantidades muy superiores a las que percibía en Valencia. Si se pusiera de acuerdo con el equipo milanista, se embolsaría unos 3 millones de euros netos -2,5 fijos y 500.000 más si se clasifican para Champions- por cada una de las cuatro temporadas que firmaría en caso de que el próximo verano los italianos hiciesen efectivo su fichaje por 7 millones. Eso sí, esta temporada de cesión su salario quedaría reducido a la mitad porque no podrá participar hasta el mes de enero.
Esos tres ‘kilos’ suponen prácticamente triplicar sus ganancias actuales en el club valenciano, donde supera ligeramente el millón de euros anuales, pero lo que más está sorprendiendo -y también enfadando- en los dos equipos implicados en esta operación son las dudas que tiene el futbolista. La jornada de hoy miércoles será decisiva para resolver su futuro y saber si acepta o rechaza la última oferta que le ha traslado el conjunto italiano, y en caso de que su respuesta sea negativa le tocará regresar a la Capital del Turia para reincorporarse a los entrenamientos -ya finalizó la semana de suspensión de empleo y sueldo– bajo las órdenes de un Miroslav Djukic que no le quiere ni ver.
Este retraso para cerrar una cesión que tanto Valencia como Milan entendían que no implicaba mayores dificultades todavía mosquea más en el seno de la entidad valencianista. La aparición del AC Milan, todo un histórico del fútbol europeo, suponía un alivio para todas las partes tras unas semanas de mucha tensión entre jugador y club, y además a Rami le daba la oportunidad de seguir compitiendo al máximo nivel para luchar por ir al Mundial con Francia si al final se clasifican. Así que todavía se comprenden menos las trabas que está poniendo un jugador al que, por el momento, ninguna cantidad económica le parece suficiente.
Pero mucho más cerca, en la Ciudad Deportiva de Paterna, a Djukic le ‘crecen los enanos’ tras ver como este martes no se entrenó Víctor Ruiz por unas molestias en un tobillo y además conoció que Ricardo Costa se retiró del partido con Portugal debido a problemas musculares. Aunque se espera que el primero pueda estar contra la Real Sociedad, y ya veremos en qué estado físico regresa el jugador luso, solamente Mathieu resiste en estos momentos como único central sano para el Valencia.
Este fin de semana sólo podrían subir Alberto Tendillo, que ya es un fijo en los entrenamientos con el primer equipo a sus 18 años de edad, y un Sergio Ayala que es zurdo, algo que no le convence a Djukic a la hora de hacer pareja con Mathieu. Carlos Delgado y Quintanilla, que ayer martes también se ejercitaron bajo la atenta mirada del entrenador balcánico, no podrían jugar hasta enero y siempre que se les haga ficha con los ‘mayores’, debido a la nueva normativa de la Federación respecto a los futbolistas con más de 23 años.
Esto deja a los dos primeros nombres como las únicas alternativas que tiene el técnico serbio para ocupar un puesto de central el sábado, aunque Javi Fuego ya ha probado en alguna sesión de trabajo y en el Rayo Vallecano ya jugó más de una vez ahí. Una solución de emergencia para una posición que sigue dando muchos quebraderos de cabeza en este inicio de temporada.