Seguimos vivos

Noche de fútbol con un ambientazo el pasado martes en Mestalla. No pude presenciar en directo el choque de la competición reina del fútbol español, la Copa de SM el Rey, pero eso no fue impedimento para ver jugar a mi equipo con uno de los grandes de España: nada más y nada menos que el Atlético de Madrid del Cholo Simeone. Como no fui a al estadio por temas personales, si que vibré como si estuviera en la grada a través de la pequeña pantalla, bajándole el sonido al televisor y sintonizando la emisora de radio que cada partido me trae los goles de mi Valencia CF.

Hablemos del partidazo que se marcó el Valencia de principio a fin, dejando a la afición valencianista satisfecha de lo que vio en el terreno de juego. Vibraron aquellos que lo vieron en directo, y el resto -como yo- pasamos un trago de nerviosismo en nuestras casas, pero también acabamos con un buen sabor de boca. Nos los comimos con patatas.

El arranque del partido fue una grata sorpresa tras ver enfocada a través de la TV el pedazo de tifo que la Curva Nord desplegó con el lema: «Valencia, Mi Reino». Un tifo que revolucionó las redes sociales y me recordó el enorme mérito y empeño que los chavales ponen a cada acción de la grada de animación. No hay quien les supere. Cada partido me sorprende más su nivel de animación y cánticos: sólo se les oye a ellos en Mestalla.

Mi preocupación llegó cuando, tras una gran primera mitad, un fallo clamoroso de Guaita regaló el gol al Atlético. No veo al de Torrent en su mejor momento, lo que supone un problema grave en la portería blanquinegra. Hasta ese momento, el Valencia había sido muy superior al rival. No sabía si los locales reaccionarían hasta el último minuto. Por suerte, el equipo no se rindió y demostró ser un conjunto que puede hasta con los más grandes. El público se iba a marchar satisfecho, pese a la derrota. «¡Este es el Valencia que quiero ver siempre!»

Cuando el cuarto árbitro añadió los tres minutos de descuento del partido todos pensábamos que se había acabado. Nos equivocamos. El gol de Postiga en el minuto 93 nos hizo soñar. Casi podría decirse, tras los errores acumulados, que lo celebró como si fuese el gol de su vida. Al filo de la medianoche, Valencia entera gritó con el tanto. Seguimos vivos.

 

Manoj Nankani (@ManuNankani)

 

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