Senderos se despide mientras Otamendi y Garay calientan motores

El cambio de poder accionarial en el Valencia tendrá consecuencias en lo deportivo: todo cambia, para que todo siga igual. Peter Lim compra el club para que Rufete y sus colaboradores sigan al frente del proyecto deportivo, con Pizzi en el banquillo y la inestimable colaboración de Jorge Mendes y su amplia cartera de futbolistas como refuerzo. El centro de la defensa será una de las parcelas con mayor baile de nombres este verano.

El primero en mover ficha fue este domingo el suizo Philippe Senderos. El central aprovechó su cuenta en Instagram para despedirse de los aficionados valencianistas mediante una foto con la camiseta valencianista y un sentido mensaje:

Buen final de temporada con una victoria delante de nuestra aficion, a sido un onor defender estos colores, estoy seguro de que el Valencia estara donde se merece en la Liga la proxima temporada. Gracias por vuestro apoyo y carino desde el primer minuto

Senderos fue una de las sorpresas de última hora en el mercado de enero: su fichaje, inesperado, llegó para cubrir una vacante en el centro de la zaga. Firmó por seis meses, con la posibilidad de ampliar su contrato varias temporadas más.

Sin embargo, y pese a que en el vestuario se ha convertido en uno de los hombres más respetados, varios factores juegan en contra de su renovación: su ‘caché’, las continuas lesiones que ha padecido estos últimos meses y, especialmente, la planificación deportiva en esa demarcación para la temporada que viene.

SENDEROS Y RICARDO COSTA ‘OUT’, ¿OTAMENDI Y GARAY ‘IN’?

Senderos no seguirá en el Valencia porque, entre otras cosas, el club ya firmó el pasado mes de febrero a Nicolás Otamendi, central diestro internacional con Argentina y que aterrizará en Mestalla para ocupar esa plaza. Rufete planea armar la defensa en torno a ‘Nico’ y a Jeremy Mathieu, configurando una pareja de centrales de alto nivel.

Pese al interés de varios clubes en el galoLuis Enrique, próximo inquilino del banquillo del Barcelona, admitió hace unas horas que le gusta mucho el futbolista-, Rufete no cree que vaya a moverse de Mestalla. En la recámara y en un papel secundario, un Víctor Ruiz que apenas ha tenido protagonismo pero al que le quedan dos años de contrato todavía, hasta 2016.

La otra pieza del puzzle también tiene nombre y apellidos: Ricardo Costa. Como explicó este periódico en febrero, la continuidad del portugués -al que le resta todavía un año de contrato- es prácticamente imposible. No por decisión deportiva -Pizzi está contento con su rendimiento y liderazgo en el vestuario-, sino por motivos personales: el portugués no olvida lo que él considera que fue una falta de respeto hacia su figura en la noche del 31 de enero de 2014.

Aquel día, ante la problemática surgida con la operación Otamendi -el argentino acabó cedido en el Atlético Mineiro-, el capitán y el presidente Amadeo Salvo mantuvieron un intercambio subido de tono en el hotel de concentración en Barcelona. Costa no olvida aquella discusión ni las amenazas veladas de que, si no aceptaba un traspaso ‘express’ de última hora en el mercado de fichajes -se habló de un destino en Turquía-, no volvería a pisar el césped en lo que quedaba de temporada.

Ante la probable marcha de Ricardo Costa, el aterrizaje de Peter Lim en el club puede traer la solución de su mano. El singapurense adquirió hace unos meses a través de su empresa Mériton Capital Limited los derechos de Ezequiel Garay, central argentino que milita actualmente en el Benfica. El beneplácito de la dirección deportiva completaría así el puzzle de la 2014-2015 con un cuarteto de centrales –Mathieu, Ruiz, Otamendi y Garay– de plenas garantías.

Fotos: AFP

Ir arriba