Fuerzas de flaqueza. Germán Cano se ha hecho merecido hueco entre de los filósofos más brillantes del país y tenemos la suerte de que sea compañero de batalla. Pero además tiene la impagable virtud de emplear la filosofía como herramienta para pensar la realidad, y no como el venerable jarrón chino que sólo sirve para adornar muebles apolillados. Ayer nos presentó su último libro en Valencia, Fuerzas de Flaqueza. ¿Fue un acto de campaña? No sabría responder a la pregunta. Sé, sin embargo, que consiguió fabricar un paréntesis entre la velocidad y el ruido que nos agitaban a todos. Germán tuvo tiempo y mesura suficientes para desgranar las tres crisis (sí, tres) que entrecortan nuestra respiración como pueblo: la crisis cultural, la económica y la política. Gracias 1978, hola 2016
Y rememoró el 15M como si fuera un acontecimiento sismológico, como un terremoto surgido de un cambio en lo profundo de nuestra sociedad al que no se le supo, o no se le quiso, dar la oportunidad de expresarse de forma escalonada. Hoy ese terremoto sigue exponiendo las quebradizas costuras de la cultura política del 78 y nos deja ver que cada día que pasa están en peor estado. Anoto una conclusión obvia: ni es posible retornar al momento anterior a la crisis, ni será posible seguir adelante sin haber aprendido nada de ella.
Cambios cosméticos. ¿Por qué traer este apunte, acaso peregrino, al diario de campaña? Porque urge impugnar el proyecto constitucional de nuestros rivales: la constitución no necesita un «lavado de cara», como he escuchado decir recientemente, ni necesita acudir al esteticista. Necesita ser el instrumento que garantice los derechos y la dignidad de todos los ciudadanos; necesita dejar de ser el papel impotente que contempla, sin poder ofrecer ninguna solución, a los casi 4 millones de parados que hoy mismo no reciben ninguna prestación o las 600.000 familias que han sido deshauciadas de sus hogares desde que comenzó la crisis. Ni las urgencias sociales de la mayoría de la población ni las ganas de más democracia que ya ha cambiado la cultura política de nuestro país no encuentran acomodo en un cambio cosmético. El apotegma de Condorcet me ronda por la cabeza con mucha fuerza: «a cada generación, su constitución».
Es 6 de Diciembre y mientras termino de escribir veo estas palabras proyectadas sobre la fachada del Palau de la Generalitat. Es posible que hoy sea el último díade la Constitución tal y como la conocemos. Y desde Compromís-Podemos vamos a bajar a lacalle para celebrar el cambio, sin traumas, con confianza, durante todo el día. Por la mañana estaremos en los jardines del rio, en el Puente de la Exposición, tomando chocolate, haciendo murales, deliberando en público y hasta recibiendo clases al aire libre. Y por la tarde nos reuniremos en los cines Aragón donde Mónica Oltra hablará de un futuro sin corrupción acompañada, por streaming, de Vicky Rossell, Pablo Iglesias, Xose M. Beiras y Ada Colau.
Pienso en nuestro equipo, imagino el futuro que nos queda por construir, recuerdo a toda la gente que aprieta las manos por el cambio y, sorteando el vértigo de sabernos en un momento decisivo, me arrebata una sensación paz incomparable. Es orgullo.
Jaime Paulino, Compromís-Podem