Tangentópolis a la española y ‘Problemos’ en Les Corts

Las dos encuestas más recientes y conocidas dan a Podemos entre 17 y 20 escaños en Les Corts en intención de voto. Para la encargada por el PP-CV sólo hay dos posibilidades de gobierno de la Generalitat a partir de Mayo de 2015: o PP-PSPV, o PSPV con Podemos y Compromís. Los socialistas gobernarían sí o sí. Pero con Podemos a tres escaños igual no era Puig el presidente.

En la de El País hay cinco soluciones para la gobernabilidad: el ya citado pacto PP-PSPV, el tripartito con Podemos y EU o Compromís, el tripartito de izquierdas sin Podemos (a un escaño de ser imposible), y el tetrapartito zurdo. También con estas expectativas gobernarían siempre los de Ximo Puig, que parece que finalmente tendrían que elegir o al PP o a los de Pablo Iglesias para asegurarse volver a dirigir la Generalitat, la Comunidad. Podemos, si quiere ser coherente, diría que no al otro partido de “la casta”, de la que sólo se salvan Compromís (con quien Puig no quisiera tener que vérselas mientras milite en él Mònica Oltra), e IU (que significativamente cada vez más pasea por los medios a Tania Gómez, pareja sentimental de Pablo Iglesias).

Así las cosas es normal que Puig se niegue a hacer ningún movimiento pre-electoral: ni coaliciones previas de izquierdas, ni apoyo legislativo al PP en absolutamente nada para que nadie les confunda ni les acuse de nada, excepto el PP. Pero eso da igual, porque tras las elecciones los de Fabra habrían de obviar cualquier ofensa previa y pactar con Puig (que tiene menos imputados, y a los que tiene se los tapan los del PP) si pretenden seguir en el Palau.

Todo eso, si las cosas no cambian en estos meses y el PP no recorta los 7 escaños que le faltan para la mayoría absoluta según sus propios cálculos. Los tarjeteros y los púnicos parecen empeñados en hundir la moral de las tropas de Fabra. Y Rajoy, con su torpeza, para cuando quiera empezar a hacer política nacional y a apoyar abiertamente a su único candidato posible aquí, igual llega tarde. En contra de sus cálculos, hoy por hoy la gente no parece que vaya a votar por el bolsillo sino por el estómago. Por eso ha tenido que pedir perdón este mismo martes en el Senado, por el espectáculo y los últimos bochornos políticos que nos acercan a la Tangentópolis de la Italia de los 90, y por eso le va a acabar echando la culpa de todo (Rato, Acabes, Bárcenas, …) a (la época de) Aznar. Hay que soltar amarras sin esperar a la Jusiticia, ya no queda otra, si es que queda ésta.

Pero, con permiso de Rato y demás, los cerebros políticos del PP valenciano siguen trabajando con esas dos encuestas antedichas, a expensas de lo que diga la próxima del CIS, que será peor porque las entrevistas se hacen en pleno lío con veinte minutos por telediario dedicados a la corrupción. Que es de todos, pero sobre todo del PP, que para eso gobierna.

En ese marco la secretaria general del PP-CV, Isabel Bonig, confía en los gestos que puedan hacer aquí Montoro y Rajoy en sus respectivas visitas de Noviembre (si no las anulan como acostumbran), mientras que su antecesor, Serafín Castellano, que hace apenas diez meses veía en UPyD y Ciudadanos poco menos que modas pasajeras en un par de legislaturas, se despachaba hace escasas horas en foro público contra una ahora sí gran amenaza, la del “populismo que lleva a la desestabilización” y los “charlatanes y salvapatrias”, para rematar conque “ni Venezuela ni el independentismo supondrían la salvación a nuestros problemas”. Todo un canto a lo institucional que representan los partidos clásicos de gobierno. Es decir, PP y PSOE. Todo lo demás serían “Problemos”.

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