Las consecuencias de que el filial baje a Tercera División

Las últimas derrotas del Levante B han provocado que el equipo se aleje de los puestos de permanencia. Ahora mismo, el conjunto de Orriols está a cinco puntos de la zona que te da derecho a jugar un año más en Segunda División B. En las trece jornadas que restan de liga, el equipo de José Gómez intentará darle la vuelta a la situación. Un hecho que no será fácil pero que ni mucho menos es imposible.

Hace dos temporadas, el Levante optó por comprar una plaza y crear un proyecto de filial en Segunda División B. El club granota se gastó cerca de 190.000 euros para que el equipo ‘B’ de la entidad ascendiera de categoría. El primer año el proyecto dio sus frutos: el equipo jugó la promoción a Segunda División y los futbolistas Roger, Morales e Iván fueron cedidos a equipos de la categoría de plata.

Pero esta segunda temporada, la andadura del cuadro granota no está siendo tan productiva. A medida que pasan las jornadas, la idea de que Levante B descienda a Tercera División es cada vez mayor. Por la cabeza de los dirigentes de la entidad, a día de hoy, no pasa la idea de volver a comprar una plaza en Segunda B en caso de que el equipo baje. Esto quiere decir, que si el filial granota desciende es muy poco probable que el Levante vuelva a invertir una suma alta de dinero para que el equipo siga en dicha categoría.

Esto quiere decir que el filial de Orriols jugará en tercera y la secretaria técnica deberá hacer una reestructuración de plantilla. Muchos futbolistas tendrán que salir cedidos o abandonar la entidad. Hay jugadores en la plantilla que tienen una cláusula en sus contrato por la cual si el equipo desciende, ellos podrían decidir marcharse cedidos a un equipo de superior categoría.

Lo que no cambiaría es la figura del técnico, José Gómez. La idea de la directiva es mantener al entrenador pase lo que pase. Tanto la Dirección Deportiva como el Consejo de Administración confían en la figura del valenciano.

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