Salvo rectifica su «error de cálculo» y se ‘carga’ a Djukic

Amadeo Salvo, Rufete y Miroslav Djukic comparecieron en la sala Antonio Puchades para oficializar el final de la etapa del serbio como técnico del Valencia CF. El presidente, que tuvo que reconocer su «error» al garantizar la continuidad del entrenador hasta final de temporada, confesó que «muchísimos entrenadores quieren venir» y que la elección no está condicionada a la venta del club.

El trago fue amargo para los tres protagonistas, especialmente para un Miroslav Djukic que aguantó el tipo en sus momentos más duros desde que aterrizó en la capital del Turia. Escuchando como le daban las gracias por el «trabajo y el esfuerzo que ha hecho por el club», que su llegada había provocado un «consenso generalizado» o que había sido un cese muy difícil de tomar por «el perfil de entrenador, de persona y ganas de triunfar que ha tenido en esta casa».

Pero sobre todo viendo como el presidente Amadeo Salvo, su máximo valedor desde el primer día, reculaba públicamente como ya hiciese en la presentación de Rufete, y valorase como un «grave error de cálculo» haber prometido su continuidad hasta final de temporada tras la victoria contra el Sevilla.

Porque claro, como se reflejó en la sala Antonio Puchades de las oficinas del club, se ha intentado evitar esta situación extrema pero «en el fútbol mandan los resultados». Algo que asumió el preparador balcánico, definiéndose como un «profesional» que «no comparte pero respeta esta decisión», que en su última hora sólo abrió la boca para desear «toda la suerte del mundo al valencianismo» y reclamar «unidad para sacar esto adelante», rechazando «buscar culpas en otros sino en mí mismo».

Salvo confirmó que hay acuerdo en lo referente a su finiquito, como también aseguró que hay «muchísimos entrenadores que quieren venir al Valencia, de mucho prestigio», remarcando ante los medios de comunicación que la tesorería del club posee «recursos económicos para fichar a un nuevo entrenador». Ahora sólo hace falta «unión de toda la afición» para lograr el objetivo de clasificarse para la Champions, lo que no es para nada una «utopía», en palabras del máximo dirigente blanquinegro.

El que menos tomó la palabra fue Rufete, tal vez uno que tal vez debería haberlo hecho más dado su cargo de manager general deportivo, y cuando se dirigió a los asistentes fue para anunciar oficialmente que será «Nico Estévez el que asuma el mando de forma provisional». Del perfil del próximo técnico, ‘Rufo’ sólo dejó caer que se está trabajando para traer a un entrenador «para el estado actual y para la forma de trabajar que el Valencia está instaurando», y su jefe aumentó los decibelios de su voz para añadir que el nombramiento de esa nueva figura no está supeditada a la venta del club, sencillamente porque «nadie ha puesto el club en venta», remató en una nueva fecha negra para el actual proyecto ‘ché’.

Salvo rectifica su «error de cálculo» y se ‘carga’ a Djukic

El trago fue amargo para los tres protagonistas, especialmente para un Miroslav Djukic que aguantó el tipo en sus momentos más duros desde que aterrizó en la capital del Turia. Escuchando como le daban las gracias por el «trabajo y el esfuerzo que ha hecho por el club», que su llegada había provocado un «consenso generalizado» o que había sido un cese muy difícil de tomar por «el perfil de entrenador, de persona y ganas de triunfar que ha tenido en esta casa».

Pero sobre todo viendo como el presidente Amadeo Salvo, su máximo valedor desde el primer día, reculaba públicamente como ya hiciese en la presentación de Rufete, y valorase como un «grave error de cálculo» haber prometido su continuidad hasta final de temporada tras la victoria contra el Sevilla.

Porque claro, como se reflejó en la sala Antonio Puchades de las oficinas del club, se ha intentado evitar esta situación extrema pero «en el fútbol mandan los resultados». Algo que asumió el preparador balcánico, definiéndose como un «profesional» que «no comparte pero respeta esta decisión», que en su última hora sólo abrió la boca para desear «toda la suerte del mundo al valencianismo» y reclamar «unidad para sacar esto adelante», rechazando «buscar culpas en otros sino en mí mismo».

Salvo confirmó que hay acuerdo en lo referente a su finiquito, como también aseguró que hay «muchísimos entrenadores que quieren venir al Valencia, de mucho prestigio», remarcando ante los medios de comunicación que la tesorería del club posee «recursos económicos para fichar a un nuevo entrenador». Ahora sólo hace falta «unión de toda la afición» para lograr el objetivo de clasificarse para la Champions, lo que no es para nada una «utopía», en palabras del máximo dirigente blanquinegro.

El que menos tomó la palabra fue Rufete, tal vez uno que tal vez debería haberlo hecho más dado su cargo de manager general deportivo, y cuando se dirigió a los asistentes fue para anunciar oficialmente que será «Nico Estévez el que asuma el mando de forma provisional». Del perfil del próximo técnico, ‘Rufo’ sólo dejó caer que se está trabajando para traer a un entrenador «para el estado actual y para la forma de trabajar que el Valencia está instaurando», y su jefe aumentó los decibelios de su voz para añadir que el nombramiento de esa nueva figura no está supeditada a la venta del club, sencillamente porque «nadie ha puesto el club en venta», remató en una nueva fecha negra para el actual proyecto ‘ché’.

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