columna

El celler de Can Dani

Lo reconozco. Fui duro con él en su primer año. No entendí su fichaje y me exasperaba su aparente falta de carácter en los primeros partidos en que lo vi con la camiseta del Valencia. Y aún digo más: diría que fui duro rozando la injusticia.

Cimientos Pizzi, SL.

Como sumergidos en la más luctuosa amalgama de piedras, cemento y arena, pasan las semanas -que parecen meses- esperando que comparezca ante nuestro palco visual ese equipo victorioso frente a los competidores por las habas del próximo curso. Pero no, no llega, no termina de consumarse el propósito intencional, nada para morir en la orilla, cual coitus interruptus. Es una plausible y ambiciosa función que está quedando en grado de tentativa al hacerle sombra los resultados. Siempre necesarios, siempre jueces.

¿Y si…?

El Valencia viene de un nuevo fracaso liguero: doce derrotas en veintiocho partidos lo corroboran. Números paupérrimos para un club de la entidad del blanquinegro. El equipo marcha octavo en la Liga BBVA, a 8 puntos de los puestos que dan acceso a Europa.

La generación perdida

El Valencia cumple 95 años y lo hace en un momento decisivo para su historia. Una historia que llevamos un tiempo olvidando. Parece que el pasado no sea importante, cuando es la base de un luchador presente y espero que de un esperanzador futuro. Todos nos vemos reflejados en esas efemérides. Recordando las imágenes color sepia del pasado y añorando esas conversaciones cuando hablábamos con nuestros padres de Cubells, Wilkes, Gaspar Rubio, Tonico, Asensí, Guillot… Eran cuentos maravillosos de gestas inolvidables.

Otro estilo de juego es posible

Una segunda parte de locura en Orriols, con un gol fantasma, un penalty no señalado sobre Pedro López, otro estrellado en el larguero y varias paradas de enorme mérito del guardameta vigués concentraron la atención en la desafortunada tarde de David Barral, pero a mi me gustaría detenerme en dos protagonistas que ocasionaron un esperanzador cambio de estilo y que han pasado desapercibidos, siendo una de las mejores noticias para el tramo final de la competición.

Es lo que es, hay lo que hay…

«Fueron como una habitación de hotel sin pasado ni futuro; fueron lo que fueron porque Dios se empeñó en que fuera así…». De esta manera comienza una canción de mi admirado Carlos Goñi. Una con un estribillo tan de perogrullo que quizá es la única capaz de explicar el momento que atraviesa el Valencia.

Entre libros y canallas

Me gustan las casas vividas, esas en las que entras y notas que cada espacio tiene su porqué y que el diseño no debe ir nunca en contra del bienestar y confort de quien la habita. No concibo las alfombras que no se pueden pisar, detesto tener que quitarme los zapatos a la entrada para no ensuciar el parqué, las fundas en sillones y sofás, las paredes sin cuadros y las estanterías con libros ordenados por tamaños o colores. Me gusta el orden y tener las cosas en su sitio pero sin manías y entendiendo que un poco de caos hace la vida más divertida (llegados a este punto, los espacios ocupados por mi hijo deben ser divertidísimos). Desayunar mirando el jardín o poderte dormir contemplando el cielo son pequeños placeres de ésos que te hacen empezar la jornada con energía u olvidar los sinsabores del día.

‘GLOVALmofada’ contra un grande que todavía respira

Hacía tiempo que el Valencia CF de Juan Antonio Pizzi no caía derrotado estrepitosamente. Y se ha vuelto a notar, como cada vez que el equipo no da su mejor versión, a todo ese algarabío de voces que juran en hebreo contra todo lo que se mueve en el seno del club. Un tumulto de descalificaciones y maldiciones que hacen evidente (al parecer) las ganas de unos cuantos de que esto explote definitivamente. Sin que se ofenda nadie, valencianistas disfrazados que se pintan la cara con colores de la senyera siempre que se gane.

Un café con José Luis

El miércoles tome un delicioso café con un amigo con mayúsculas, José Luís Oltra. Para muchos, entrenador de fútbol, de los buenos, y para mi un amigo de toda la vida. De los mejores. Me alegró verlo a él y a sus padres. El padre esta igual que hace 20 años, la mami pelea día a día con una sonrisa preciosa ante una cruel enfermedad que la mata por dentro pero que no podrá con ella.

Fede, así no

Ojalá Fede Cartabia sea unos de los futuros baluartes del Valencia porque tiene talento para ello. En estos momentos, el futbolista no va por el buen camino. Ha de ser humilde y ser consciente que todavía no ha hecho nada en el deporte del balón, un juego en el que se miden once contra once.

El poder establecido

Cuando Amadeo Salvo desembarcó en la presidencia valencianista aún no se habían apagado los ecos del partido que cerró el pasado ejercicio. La traumática derrota de Sevilla dejó al Valencia fuera de la Champions, a Valverde enfilando el camino de regreso a Bilbao y al club en una transición que se antojaba definitiva.

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